Líbano espera al enviado de Biden para firmar un alto el fuego

Benjamín Netanyahu negocia desde una posición de fuerza tras haber liquidado a la cúpula de Hezbolá, con Hasan Nasrala a la cabeza, y penetrado con el ejército hasta el punto más lejano desde el inicio de la invasión por tierra. La propuesta presentada por Estados Unidos se basa en la resolución de 1701 de la ONU, la misma que sirvió para poner fin a la guerra de 2006, que contempla la retirada de Hezbolá al norte del río Litani, a más de veinte kilómetros de la frontera, y el despliegue del ejército libanés y de cascos azules en esa zona. La milicia chií vive una situación muy complicada y su creador y financiador, Irán, abre las puertas al alto el fuego.

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Mientras los medios de Beirut hablaban del posible cese de las hostilidades, Israel volvió a golpear en el centro de la capital después de varias semanas sin ataques y la población sintió de nuevo de cerca el terror de los bombardeos. Este silencio temporal contrastaba con la situación en los barrios del sur, el bastión de Hezbolá, que los aviones castigan cada día. La destrucción es total y, a diferencia de 2006, en esta ocasión la milicia chií no ha prometido un plan de ayudas y reconstrucción, lo que genera gran inquietud incluso entre sus seguidores.

Algunos analistas consideraron que el aumento de la intensidad de los ataques de Israel era una forma de presionar a Hezbolá para que aceptara sin ningún tipo de reparos la propuesta estadounidense, pero Mikati insistió en que había puntos que es necesario resolver cara a cara con Hochstein, tal y como declaró al canal Al-Araby.

El acuerdo en Líbano no llega, pero hay movimientos diplomáticos para intentar solucionar la situación. En Gaza, parece más complicada y los bombardeos son aún más brutales, con 76 muertos en las últimas veinticuatro horas, según las cifras del ministerio de Salud. El portal Axios desveló que Israel ha intentado abrir la vía turca para lograr un acuerdo para la liberación de los cautivos. El director del Shin Bet, Ronen Bar, visitó en secreto Turquía el sábado y se reunió con el jefe de la inteligencia otomana, Ibrahim Kalin, según fuentes familiarizadas con el asunto consultadas por Axios.

Tras la decisión de Qatar de suspender sus labores de mediación, la opción turca gana peso porque se trata de un país con conexión directa con Hamás, cuyo liderazgo vive entre Doha y Estambul. Fuentes israelíes aseguran que el jefe negociador del grupo, Khalil al-Hayya, habría dejado Qatar y se encontraría en Turquía. Hasta el momento, el Gobierno de Ankara no han tenido rol alguno en las negociaciones.