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Mikel Ayestaran
Enviado especial. Beirut
Lunes, 30 de septiembre 2024
Irán ha comenzado a atacar Israel antes de las siete de la tarde con al menos un centenar de misiles balísticos de largo alcance que intentan impactar en algunas de las principales ciudades del país, entre ellas la capital Tel Aviv. La acción de respuesta ... del régimen iraní había sido anunciada a lo largo del día por distintas fuentes de la Casa Blanca y del Pentágono, lo que inmediatamente provocó una bajada de las bolsas -en España rondó el 2%- y una subida del precio de los carburantes.
El portavoz militar israelí, Daniel Hagari, explicó que Estados Unidos había identificado los planes iraníes y puesto en alerta a sus tropas. «En este momento no detectamos ninguna amenaza aérea lanzada desde Irán. Pero hemos enfrentado esta amenaza en el pasado y la enfrentaremos ahora», añadió Hagari horas antes de que se confirmara el comienzo del ataque por parte de Irán.
Washington reaccionó de inmediato y advirtió al régimen de los ayatolas de que un ataque con misiles «traerá graves consecuencias». Ya esta pasada madrugada, cuando el ejército hebreo inició su operación terrestre en Líbano, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, avisó a las autoridades islamistas con el siguiente mensaje: «Reitero serias consecuencias para Irán en el caso de que opte por lanzar un ataque militar directo contra Israel». Austin, que mantuvo una conversación telefónica con el ministro de Defensa israelí, Yoav Galant, desveló que en esta llamada «acordamos la necesidad de desmantelar infraestructuras de ataque a lo largo de la frontera para asegurar que el Hezbolá libanés no pueda ejecutar ataques similares al del 7 de octubre en las comunidades del norte de Israel».
Ya está en marcha la invasión del Líbano por parte de Israel. El ejército ha confirmado que, una vez que ha obtenido la luz verde del Parlamento, ha comenzado las «operaciones terrestres limitadas, localizadas y selectivas» basadas en datos de Inteligencia contra objetivos e infraestructuras de Hezbolá, en el sur del Líbano. Estos blancos se encuentran en localidades cercanas a la frontera. La nueva fase de la guerra llega después de dos semanas de intensos bombardeos que dejan cientos de libaneses muertos, miles de desplazados y una milicia chií descabezada por los golpes de la Inteligencia israelí.
No hay información sobre dónde se han producido esas primeras «operaciones limitadas», pero parece que Israel no tiene intención de repetir la operación a gran escala de 2006. Un movimiento como el de hace 18 años permitiría a Hizbolá intentar causar bajas al enemigo para cambiar el equilibrio de poder tras sufrir duros golpes en las últimas semanas. Estados Unidos confirmó su respaldo a la operación terrestre debido a «la necesidad de desmantelar la infraestructura de ataque a lo largo de la frontera para garantizar que Hezbolá no pueda llevar a cabo ataques al estilo del 7 de octubre contra las comunidades del norte de Israel«, apuntó el departamento de Defensa.
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José María Camarero
Hezbolá confirmó que el enfrentamiento está en marcha. «Hezbolá ha atacado a soldados enemigos en movimiento» frente a Adaiseh y Kfarkila, precisó la milicia en un comunicado difundido en redes sociales. Horas antes el subsecretario general del Partido de Dios, Naim Qassem, habló por primera vez desde el asesinato de Hasan Nasrala y dijo que «estamos listos. Si Israel lanza una incursión terrestre, no conseguirá sus objetivos y venceremos».
En Beirut ha sido una noche muy larga, con ocho ataques aéreos a los barrios del sur en apenas veinte minutos. Al menos cuatro edificios han sido destruidos y la capital ha temblado. Las explosiones comenzaron poco después de que el ejército ordenara la evacuación de las zonas que tenía planeado atacar en Lailaki, Haret Hreik y el campo de refugiados palestino de Burj al-Barajneh.
Entre los enclaves bombardeados figura, asimismo, un campamento en los alrededores de la ciudad de Sidón donde reside el líder libanés de la Brigada de los Mártires de Al-Aqsa, el antiguo brazo militar de la organización palestina de Al-Fatá. Según el diario 'Filastin' y la cadena de televisión Al-Manar, las bombas cayeron sobre la casa del dirigente, Munir al Maqdá, que ha quedado reducida a escombros. Se han registrado varios muertos y heridos, aunque es posible que líder palestino haya resultado ileso. El campamento fue levantado en 1948 y en la actualidad da cobijo a casi medio millón de refugiados
Aparte de la capital, el ejército encadenó poco antes de medianoche una serie de ataques contra media docena de poblaciones próximas a la denominada Línea Azul, la frontera establecida por la ONU en el año 2000 que delimita el perímetro entre los dos países. A tres de ellas las declaró previamente como 'zona militar cerrada'. A las dos de la madrugada de este martes (la una en España), las Fuerzas de Defensa confirmaron oficialmente que la incursión estaba en marcha. Además de la destrucción de los arsenales y baterías lanzacohetes de la milicia, el objetivo de los militares consiste en eliminar o hacer retroceder a los militantes de Hezbolá que se han ocultado en la red de galerías y túneles excavada junto a la frontera.
Yaakov Amidror, asesor de seguridad nacional israelí, ha explicado que las misiones que realizan las tropas en estos momentos consisten en un «reconocimiento activo»; es decir, han entrado en suelo libanés para reconocer la zona y «palpar lo que allí se encuentran», como paso previo a la incursión de blindados y brigadas más numerosas. De momento, las confrontaciones se multiplican en varias zonas y el ejército libanés ha retrocedido al menos cinco kilómetros hacia el interior de su país. Todavía no se ha reportado ningún número de bajas.
Los ataques se basan en los planes elaborados por el Estado Mayor y el Comando Norte. Previamente, Israel informó a Estados Unidos de que la operación tenía carácter limitado y se concentraría en eliminar los emplazamientos de Hezbolá junto a la frontera norte. Al parecer, durante todo el fin de semana se produjeron conversaciones entre los dos países y Washington dejó claro los límites de la incursión. Para la Casa Blanca, solo tiene sentido una intervención israelí contra la amenaza de la milicia proiraní situada al otro lado de la divisoria para evitar un ataque como el del 7 de octubre de Hamás contra las comunidades fronterizas con Gaza.
Pese a todos los reveses sufridos en las últimas semanas, la milicia chií se mostró anoche dispuesta a resistir estos ataques. «Estamos listos. Si Israel lanza una incursión terrestre, no conseguirá sus objetivos y venceremos», fueron las palabras de Naim Qassem en la primera intervención de un alto cargo de Hezbolá tras el asesinato el viernes de Hasán Nasrala en un bombardeo masivo hebreo al sur de Beirut. De madrugada, Israel lanzó su ofensiva terrestre sobre Líbano. Era la confirmación de lo que ya se había anunciado durante la tarde.
El subsecretario general del Partido de Dios no anunció el nombre del nuevo máximo líder del grupo, ni ofreció detalles sobre el funeral de Nasrala en su intervención. Intentó mantener un tono desafiante e insistió en que seguirán «con la lucha», pero sus palabras sonaron débiles ante un enemigo decidido a llegar hasta el final.
A las palabras de Qassem respondió Israel con hechos y con el anuncio por parte del ministro de Defensa, Yoav Gallant, de que «la siguiente fase en la guerra contra Hezbolá comenzará pronto». Y no tardó. una horas más tarde eran un hecho. «De acuerdo con la decisión del nivel político, las fuerzas de la Defensa Civil iniciaron hace unas horas incursiones terrestres limitadas, localizadas y selectivas, basadas en inteligencia precisa», indicó el ejército en un comunicado divulgado en Telegram a las 2.00 del martes.
Esa nueva etapa es la invasión terrestre que, según medios como 'The Washington Post', será «limitada (…) De menor escala que la de la guerra de 2006 y se centrará en asegurar las comunidades fronterizas». El diario estadounidense, citando fuentes de seguridad, adelantó que este paso es «inminente» y aseguró que el ejército lleva varios días realizando incursiones puntuales para preparar la invasión. La cadena BBC recogió a última hora de la tarde que Israel habría notificado sus planes a Estados Unidos.
Antes de que Israel confirmase que sus tanques superaban la frontera, Hezbolá publicó que el enfrentamiento estaba en marcha. «Hezbolá ha atacado a soldados enemigos en movimiento» frente a Adaiseh y Kfarkila, precisó la milicia.
Fuertes bombardeos previos
Los bombardeos siguieron una jornada más en el este y sur del país y, por primera vez desde la guerra de hace dieciocho años, los israelíes atacaron un objetivo en el centro de Beirut, lejos de los barrios que controla Hezbolá. La sorpresa era total en Cola, zona de la capital muy popular porque desde allí parten los minibuses a diferentes puntos del país. El ejército informó que fue una operación contra el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y que logró eliminar a su líder en Líbano, Nidal Abd al-Aal, y a otros dos comandantes del grupo. Israel también informó de la muerte del máximo responsable de Hamás en el país, Fateh Sharif, y toda su familia en una operación cerca de la frontera.
Los vecinos miran el edificio de once plantas con incredulidad. El misil ha borrado la cuarta planta, pero el resto del bloque parece intacto. El zumbido de los drones es permanente y la pregunta más repetida es «¿quién será el siguiente?» Nadie duda de que Israel seguirá con unos asesinatos selectivos que se han convertido en parte de la rutina macabra de una Beirut colapsada por miles y miles de desplazados.
Antes había una gran confianza en la respuesta de Hezbolá. Ahora la reputación de la milicia chií se ha minimizado debido a los golpes del Mossad y a la decisión de Irán de mantenerse al margen. Nadie se fía de nadie en las calles de Beirut y los barrios que han recibido a desplazados del sur del país y de la capital temen que tengan relación directa con Hezbolá y sean objetivo de ataques. El ejército se ha desplegado a las puertas de algunas zonas cristianas como Achrafie, a las que apenas han llegado desplazados en comparación con otras. Los viejos fantasmas sectarios nunca abandonan a esta capital.
Con Hamás destrozado y Hezbolá descabezado, Benjamín Netanyahu apunta a Irán y ha enviado un videomensaje en inglés a la población de la república islámica para decirles que «cuando Irán sea finalmente libre –y ese momento llegará mucho antes de lo que la gente piensa– todo será diferente». Según el primer ministro, «cada día el régimen sumerge a nuestra región en una oscuridad cada vez mayor y en una guerra más profunda».
Teniendo en cuenta la capacidad de penetración demostrada por la inteligencia israelí en Teherán, donde Ismael Haniye, líder de Hamás, fue asesinado este verano, más de una alarma se encendió en la capital tras escuchar estas palabras. Oficialmente el Estado judío ni confirmó, ni desmintió su papel en el asesinato de Haniye, como es habitual en esas situaciones, pero los iraníes no tuvieron ninguna duda y clamaron venganza, aunque hasta el momento no han hecho nada.
Un día más, desde la república islámica llegaron duras palabras de condena al asesinato de Nasrala y amenazas contra Israel, una narrativa que se repite después de cada golpe recibido. Los persas han perdido capacidad de disuasión frente a su gran enemigo y rehúyen un choque directo porque consideran que es «la trampa» que les quiere tender Netanyahu, en palabras del exministro de Exteriores, Javas Zarif.
En respuesta a una pregunta sobre una posible reacción de Teherán con respecto al asesinato de Nasrala, Mohammad Bagheri, jefe del ejército iraní, utilizó solo una palabra: «Espera». Las operaciones del enemigo se suceden, no hay respuesta alguna y Netanyahu prefiere golpear primero.
El ejército libanés ordenó este lunes reposicionar sus tropas en el sur del país, según declaró un responsable militar. En momentos en que Israel instauró una «zona militar cerrada» en localidades fronterizas, Beirut «reagrupa sus fuerzas» en la frontera sur por el riesgo que podría suponer para sus miembros los choques.
De hecho, según la cadena local Al-Manar, afiliada a Hezbolá, se produjeron «tiros sionistas de artillería» cerca de los pueblos fronterizos de Wazzani, el valle de Khiam, Alma al-Shaab y Naqura. Por su parte, la agencia nacional libanesa de noticias reportó «importantes disparos de artillería contra Wazzani».
Esas aldeas están frente a localidades israelíes que fueron declaradas «zona militar cerrada» por el ejército hebreo horas después de que el ministro de Defensa diera a entender que se podrían llevar a cabo operaciones terrestres contra Hezbolá. Esta zona está vetada para los civiles por una decisión resultado de una nueva evaluación de situación, afirmó el jefe del Mando Norte, el general Ori Gordin. El gabinete de seguridad del Gobierno hebreo se encontraba anoche reunido en el cuartel general de las Fuerzas Armadas en Tel Aviv, con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, al frente.
De forma paralela, el Pentágono estadounidense anunció un despliegue adicional de tropas en Oriente Medio. La portavoz adjunta, Sabrina Singh, detalló que estas fuerzas adicionales estarán formadas en su mayoría por escuadrones y unidades de aviones de combate, según recogió la agencia de noticias Bloomberg.
El ambiente de preguerra es tal que el director general de Seguridad de Líbano, el general Elias al-Bisari, adelantó también el lunes que se autoriza la salida del país por todas las fronteras terrestres y aeropuertos con una simple identificación, sin necesidad de tener un pasaporte válido. Los ciudadanos podrán marcharse utilizando su carné de identidad, una tarjeta de estado civil o un libro de familia, así como un pasaporte caducado, según recoge la agencia de noticias libanesa NNA.
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