En la provincia turca de Kahramanmaras, epicentro del seísmo, trabajan sin descanso en busca de supervivientes. Reuters

Arrecian las críticas a Erdogan cuando llega la hora de los vivos

El malestar crece en las zonas afectadas por la lenta respuesta del Gobierno y ahora es el momento de ayudar a quienes lo han perdido todo

Mikel Ayestaran

Enviado especial. Adiyaman (Turquía)

Sábado, 11 de febrero 2023, 12:50

«¡Gracias, gracias, gracias!», repite en español Yabous al grupo de bomberos de la ONG Acción Norte que tratan de rescatar a sus padres de entre los escombros de su casa en Adiyaman, en el Kurdistán turco. Está triste, pero entero, muy entero. «La pena ... es que ya es tarde, los equipos de rescate con medios han llegado demasiado tarde. Al principio solo estábamos nosotros y nuestras propias manos, escuchábamos las llamadas de la gente, pero no podíamos hacer nada», lamenta Yabous.

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El terremoto supera ya los 23.000 muertos y ha hecho temblar la tierra al este de Turquía, pero también ha removido la escena política. Las críticas al Ejecutivo de Ankara por la lentitud en la respuesta se repiten en cada testimonio, algo en lo que todos parecen estar de acuerdo a lo largo y ancho del país. «Estamos ante un colapso del sistema. El Gobierno ha sido incapaz de dar una respuesta de emergencia efectiva. No ha discriminado entre zonas islamistas u opositoras, el desastre ha sido general», opina el diputado del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) kurdo Hisyar Ozsoy, quien añade que «la discriminación llegará cuando toque distribuir fondos para la reconstrucción, pero en este primer momento ha sido un desastre para todos igual». Desde el opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP) también señalaron al líder islamista como «responsable de esto y sus políticas nos han llevado a este escenario», critica su máximo dirigente, Kemal Kiçdarolu.

Nadie quiere hablar de elecciones mientras se entierra a miles de personas en fosas comunes, pero esta tragedia deja en el aire los comicios que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, adelantó al próximo 14 de mayo. El enfado general puede tumbar sus aspiraciones de seguir en el poder en este año clave en el que se conmemora el primer centenario de la república. Ahora es el momento del duelo por los miles de fallecidos y de ayudar a los supervivientes, y por eso el debate político queda, de momento, en segundo plano.

El presidente se defiende recordando la magnitud del desastre, pide «unidad nacional y solidaridad» y, en su última aparición, subrayó además que «se ha logrado poner a salvo a unas 75.000 personas a pesar de los contratiempos que han sufrido los equipos de rescate».

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Respuesta mundial

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, calificó el terremoto como «uno de los mayores desastres naturales de nuestro tiempo» y para hacerle frente en Turquía trabajan ahora grupos llegados de decenas de países del mundo. Una situación muy diferente a la que se vive en Siria. Los bomberos de Acción Norte aterrizaron desde Vitoria y comparten labores de rescate en esta ciudad del Kurdistán turco con un gran despliegue del Ejército de México.

Superadas las primeras 72 horas se acaba el plazo probable de encontrar gente con vida, aunque se han producido ya varios «milagros»; y empieza una nueva fase, la de ayudar a quienes lo han perdido todo y parten de cero, si es que se puede alguna vez olvidar una tragedia de este tipo. Los bomberos vascos no han logrado rescatar a nadie con vida y, tras inspeccionar varios edificios en los últimos días, señalan que «este tipo de construcción es el más complicado para nuestra labor porque deja pocos huecos de vida. Nosotros intentamos abrirlos para llegar a las víctimas, pero lo que hemos encontrado son cadáveres», apunta Héctor Pérez, del turno 5 del parque de Vitoria, como el resto de sus compañeros.

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La calidad de la construcción en una zona sísmica como esta y la falta de controles a los contratistas es otro de los frentes abiertos en la mesa de las autoridades, ya que el mandato de Erdogan ha estado caracterizado por el 'boom' urbanístico. Tras la entrada del primer convoy de ayuda de la ONU por la frontera turca, el régimen sirio anunció que permitirá la llegada de ayuda para la provincia de Idlib, la última que permanece fuera de su control y que es una de las más afectadas. El organismo internacional recibió la noticia con cautela.

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