Islandia no tendrá finalmente un Parlamento de mayoría femenina

La proporción de mujeres en el Parlamento islandés será del 47%. Ese porcentaje lo iguala con Suecia, que hasta ahora ocupaba el primer puesto en Europa al contar con la mayor representación femenina en el Legislativo. Se trata de un buen dato, si bien echa por tierra el entusiasmo que habían manifestado la víspera políticos y ciudadanos al creer que hacía historia en el continente este país de 370.000 habitantes, que suele estar a la vanguardia en la causa de las mujeres y ha encabezado durante 12 años consecutivos la clasificación del Foro Económico Mundial en materia de igualdad de género.

La pérdida de tres escaños que habían sido otorgados en un inicio a tres candidatas se debió a un segundo recuento que modificó los datos en una de las seis circunscripciones de Islandia, concretamente la del noroeste. Así lo precisó el presidente de la comisión electoral local, Ingi Tryggvason. «Unos pocos votos de diferencia comportan este gran jaleo», dijo respecto a una corrección que vuelve a dejar como una asignatura pendiente para Europa que se supere el umbral simbólico de un 50% de mujeres en el Parlamento. Nadie pidió la revisión, pero «decidimos volver a contar porque el resultado era muy estrecho», añadió.

Las legislativas islandesas dejaron además un curioso contraste. Aunque habrá un número de diputadas inédito en el país, la gran castigada de los comicios ha sido la primera ministra, Katrin Jakobsdottir. Su partido Movimiento Izquierda-Verde perdió tres asientos en la Cámara tras obtener el 12,6% de los votos. Queda, de esa manera, por detrás de sus dos actuales aliados de derecha en el Gobierno de coalición, con solo ocho escaños.

El batacazo sufrido abre un escenario incierto de cara a la gobernabilidad y surge la duda de quién ocupará el Stjornarradid, la modesta casa blanca donde viven los jefes del Ejecutivo. El gran ganador es el centroderechista Partido del Progreso, que consiguió 13 escaños, cinco más que en las pasadas legislativas de 2017, con el 17,3% de los votos. La formación conservadora del ex primer ministro Bjarni Benediktsson se mantiene sin embargo como la principal fuerza, con un 24,4% de apoyos, y conserva sus 16 asientos en el Althingi.

El peso alcanzado por la derecha les abre opciones de formar una coalición con otro socio más cercano ideológicamente como los centristas Reforma (cinco escaños) o del Centro (tres).