Fleximan, el hombre que ataca los rádares en la carretera
Ídolo de conductores ·
Se multiplican los ataques a estos medidores de velocidad por parte de un supuesto superhéroe encapuchadoSecciones
Servicios
Destacamos
Ídolo de conductores ·
Se multiplican los ataques a estos medidores de velocidad por parte de un supuesto superhéroe encapuchadoEn el país de marcas aspiracionales del mundo del motor como Ferrari, Lamborghini, Maserati o Ducati y de templos de la velocidad como el circuito de Imola, el automóvil supone casi un elemento identitario, como reflejan los últimos datos de Eurostat, según los cuales Italia ... es la nación europea más dependiente del coche: hay 678 por cada 1.000 habitantes. En España son 560, la misma cifra que la media de la UE.
En este caldo de cultivo y con la pasión natural que sienten muchos italianos por la velocidad, no es de extrañar la ola de simpatía popular generada con la aparición de un supuesto superhéroe que se dedica a reventar radares de velocidad y que las redes sociales han bautizado como Fleximan, por el nombre de una popular marca de herramientas. Ya lleva más de 15 segados o inutilizados, principalmente en las regiones del Véneto, Lombardía, Piamonte y Emilia-Romaña, en el norte del país.
El primer ataque ocurrió en mayo de 2023 en la provincia véneta de Rovigo, mientras que el más reciente se registró la semana pasada en Villa del Conte, cerca de Padua. Los agentes que descubrieron la base del radar cortada se toparon incluso con la firma del agresor, que había dejado una nota en la que podía leerse: 'Fleximan está llegando'.
Las Fiscalías de Rovigo, Treviso y Padua, las zonas más afectadas, han abierto una investigación para tratar de descubrir quién está detrás de estos ataques. Aunque hay similitudes entre ellos, como el uso de una radial, no se descarta que pueda haber varios implicados o que incluso a Fleximan le hayan salido imitadores en otras regiones.
Probablemente lo era el hombre de unos 50 años al que la Policía italiana detuvo la semana pasada cerca de la frontera con Suiza por haber supuestamente destruido dos medidores de velocidad, ya que según los investigadores no se trataba de Fleximan. Su complexión y modo de actuar no coincidían con la información que los agentes han obtenido de un vídeo grabado por una cámara de seguridad ubicada en la circunvalación de Asti, en la región del Piamonte.
En las imágenes se ve a dos encapuchados que cortan con una radial la base de un radar en unos minutos. En otros lugares del país los medidores han sido atacados con explosivos e incluso uno de ellos, como ocurrió en la provincia de Padua, se llevó varios disparos para que dejase de funcionar.
Tanto en las redes sociales como en las barras de cafeterías y bares son muchos los italianos que celebran las acciones de Fleximan, al creer que en muchos municipios los radares responde más a un fin recaudatorio que a una preocupación por la seguridad vial. Incluso ha aparecido un mural que celebra las andanzas de este supuesto superhéroe en una calle de Padua.
Las quejas de los ciudadanos por la presencia de estos dispositivos se explican en parte por su cantidad: en Italia hay 11.130, frente a los 7.700 de Reino Unido, los 4.700 de Alemania, los 3.780 de Francia o los 2.800 de España. Su número ha aumentado un 40% en los últimos tres años en el territorio italiano, con mayor presencia en el norte del país (76%).
La gran repercusión social que han tenido los ataques de Fleximan ha llevado a varios alcaldes a renunciar a colocar de nuevo los radares. Y eso que son una gran fuente de ingresos: según el diario 'Il Mattino di Padova', el equipo atacado en Carceri registraba a diario unas 40 infracciones, que suponían multas por una cuantía media de 110 euros. Si el Ayuntamiento lograra el pago de todas se ingresarían 1,6 millones de euros al año.
Para Giordano Biserni, presidente de la Asociación de Amigos a la Policía de Tráfico, la aparición de Fleximan está ligada a la actitud del propio Ministerio de Infraestructuras y Transportes. «En la presentación de la reforma del Código de Circulación, en una serie de fichas se decía: 'basta con la estafa de los radares'. Si el propio Ministerio habla de estafa, estaba claro que iba a surgir algún justiciero», señala Biserni, que, no obstante, aboga por poner orden en la colocación de los radares.
«Aquí se han creado los 'Robin Hood' de la seguridad en las carreteras, pero Robin Hood robaba a los ricos para dárselo a los pobres y lo que se roba ahora es la seguridad. Veo el testimonio de los padres que han perdido a sus hijos en accidentes y ven la realidad de otro modo. Esta situación no es algo de lo que debamos estar orgullosos», zanja.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.