![Ni Zelenski ni Putin: Otros personajes destacados de la guerra de Ucrania](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202302/16/media/cortadas/carasguerra-kszE-U190652032330QtC-1968x1202@RC.jpg)
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Diana Martínez
Sábado, 18 de febrero 2023, 11:07
La cara aniñada de Vitalii Skakun es una de las más conocidas de la guerra. El joven teniente sacrificó su vida para hacer saltar por los aires un puente y con ello evitar el avance de las tropas del Kremlin hacia Jersón. Murió el 25 de febrero, tan solo un día después del inicio de la invasión.
Según sus compañeros de armas, ante el posible avance de los soldados rusos, el joven contactó con su batallón para advertirles de que se disponía a volar el paso de Genicheski Road, que conectaba las tropas del Kremlin en Crimea con Ucrania continental. «Justo después se escuchó una explosión», cuentan los informes oficiales. Sus compañeros aún lo recuerdan como un joven «alegre y jovial», de esos «con los que conectas nada más conocerlos sin saber muy bien por qué».
Volodímir Zelenski y Vladímir Putin no son los únicos nombres relevantes que han destacado durante la invasión de Ucrania, que este 24 de febrero cumple su primer aniversario. Héroes anónimos, artistas, civiles, voluntarios, militares y mercenarios han colmado las portadas de periódicos mundiales durante el último año.Uno de ellos es Taras Topolia. Cantante del grupo Antitila, cambió los micrófonos por las armas y se sumó –junto a su teclista, Serguéi Vusik, y guitarrista, Dmitri Zholud– al Ejército de Kiev en la lucha para librar al país de las tropas del Kremlin. «Trabajamos como una brigada de evacuación», explicó en marzo, pocos días después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenara invadir Ucrania. Se encargaba de buscar a los heridos, brindar primeros auxilios, estabilizarlos y llevarlos a cuidados intensivos o cirugía «lo más rápido posible». Como tantos otros, Topolia se ha enfrentado a los horrores de la guerra. «Fuimos atacados por francotiradores en nuestra sede. No voy a mentir, es una experiencia desagradable», relató el artista, quien a pesar de todo –«psicológicamente esto es muy duro»– aseguró que «es normal que hombres en su sano juicio vayan a defender su país».
Inna Derusova pasó a la historia como la primera mujer en ser condecorada como 'Héroe de Ucrania', la máxima distinción en su país. La sargento, nacida en la autoproclamada república de Lugansk, perdió la vida el 26 de febrero del pasado ejercicio, cuando su puesto fue bombardeado. El día en que se inició la guerra del Este, Derusova tenía previsto regresar de sus vacaciones a su hogar, pero la invasión no se lo permitió. La mujer quedó atrapada en Okhtirka, en la región de Sumy, una de las más castigadas durante los primeros meses de la invasión, donde se dedicó a asistir a los heridos. Momentos antes de fallecer, «salvó a diez personas y estaba ayudando a otro afectado», relatan sus compañeros.
Otra de las nombres más significativos, sobre todo en las primeras semanas de la guerra, es el de Alexander Lukianovich. Este hombre se alistó en las Fuerzas Armadas ucranianas en septiembre de 2021. Cuando estalló el conflicto fue destinado a la región de Kiev como integrante de un pelotón de tanques y, según sus mandos, logró neutralizar «treinta unidades enemigas».
Luego, un ataque aéreo ruso hizo saltar por los aires su puesto. No salió vivo de allí. Tenía 33 años. Ahora sus allegados le recuerdan como un hombre «al que le encantaba conocer mundo» y «odiaba las injusticias». Dejó a su mujer y a sus dos pequeños, que ahora tienen siete y dos años respectivamente, en Polonia, a donde escaparon junto a otros miles de refugiados al estallar la contienda.
Uno de los momentos más tiernos y a la vez desoladores lo protagonizó la pequeña Amelia Anisovich, que a sus cortos siete años se vio obligada a convivir con los horrores de la guerra. Con Kiev bajo continuos bombardeos, la niña se resguardó en un búnker junto a su familia y otros vecinos que huían como podían de los ataques rusos. Los semblantes que se veían en el refugio antiaéreo eran desoladores, llenos de tristeza y terror, por lo que, en un intento de levantar el ánimo al personal, la pequeña Amelia se armó de valor y cantó ante sus conciudadanos la canción 'Let it go', de la película de Disney 'Frozen'. El vídeo se hizo viral. Incluso llegó a Idina Menzel, la actriz que dio voz al personaje de Elsa en la versión original del film, que compartió la grabación en sus redes sociales. Amelia logró escapar de Ucrania y a mediados de marzo llegó a Polonia con su hermano, donde se encuentra a salvo y participó en un evento benéfico para recaudar fondos para su país.
La resistencia del Batallón Azov en la acería de Mariúpol durante tres meses fue digno de admirar. Su valentía colmó la prensa mundial. Uno de sus líderes más destacados es Andrii Biletski, historiador de 43 años muy conocido en los círculos de la extrema derecha y fundador del grupo paramilitar ucraniano de ideología nacionalista en 2014. Natural de Járkov, es uno de los creadores del movimiento Pravi Sektor-Sector Derecha, que tuvo un papel destacado en la revolución del Maidán. En 2019, ya alejado del mando del regimiento, intentó meterse en la política. Sin embargo, su partido, Cuerpo Nacional, no logró representación, por lo que desapareció de la escena pública. Hasta que Putin atacó Ucrania hace ya un año, razón que le motivó a armarse de nuevo.
La fotografía de Marianna Vishegirskaia, la mujer embarazada de Mariúpol, dio la vuelta al mundo. Resultó herida en un bombardeo ruso contra un hospital materno-infantil el pasado 9 de marzo en la ciudad de Mariúpol, al sureste de Ucrania, y murió junto a su bebé. La imagen que se viralizó en las redes sociales, se publicó en periódicos de múltiples países y se transmitió en numerosas televisiones, mostraba a Vishegirskaia, ensangrentada, siendo trasladada desde el centro sanitario bombardeado, donde debía dar a luz, hacia otra clínica. Pero el resultado fue desgarrador. El cirujano que la trató, Timur Marin, indicó que la pelvis de la mujer quedó aplastada y que su cadera se desprendió. Ni madre ni hijo sobrevivieron.
Otro líder del Batallón Azov que merece una mención especial es el comandante Denis Projipenko, mano derecha de Andrii Biletski. Pasó de ser uno de los más exaltados ultras del Dinamo de Kiev a un héroe nacional. Lideró la defensa de Mariúpol durante tres largos meses, hasta que el Ejército de Kiev pidió en mayo la rendición del regimiento. La resistencia en esta ciudad portuaria la describió como un «milagro». El 19 de marzo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, le otorgó el título de 'Héroe de Ucrania', la máxima distinción, «por su valentía, por sus acciones eficaces para repeler los ataques enemigos, por defender» la ciudad costera.
Quien también dio de qué hablar fue Marina Ovsiannikova, periodista rusa que fue detenida tras protestar contra la invasión durante la emisión de un informativo de una cadena pública moscovita, en uno de los programas proKremlin de mayor audiencia. La mujer se saltó la prohibición de criticar lo que Putin denomina 'operación militar especial' y mostró en directo un cartel en ruso e inglés que decía 'No a la guerra' y 'No te creas la propaganda, te están mintiendo'. La emisión se cortó inmediatamente y ella fue detenida. «Estuve dos días sin dormir. Me interrogaron durante más de catorce horas», declaró al ser puesta en libertad. Fue multada en varias ocasiones por ello y puesta en arresto domiciliario, pero se lo saltó y huyó del país en octubre.
Mijaíl Mizíntsev fue el rostro detrás de la devastación de la localidad portuaria que defendió a capa y espada el Batallón Azov. El general ruso, de 60 años, se formó en la academia militar de Kiev, como tantos otros militares soviéticos. Bautizado como el 'carnicero de Mariúpol', se ganó su apodo a pulso al ser el responsable de brutales ataques contra civiles, como el bombardeo a un hospital materno-infantil o al teatro que se usaba como refugio –la palabra 'niños' escrita dos veces en el suelo delante y detrás del edificio alertaba de su función meramente protectora–. Su objetivo, no obstante, no eran los civiles, tal y como aseguró en diversas ocasiones, sino «los nacionalistas». Como cabecilla de las operaciones en Mariúpol, Mizíntsev fue el encargado de pedir a la población que se rindiera a cambio de facilitar su evacuación.
Quien también ha tenido gran presencia en la guerra es el líder checheno, Ramzan Kadírov, uno de los más leales aliados de Putin y uno de sus hombres fuertes. Envió al frente a varias de sus guarniciones, incluidos sus propios familiares, entre ellos, sus hijos menores de edad. Una polémica decisión que en octubre razonó bajo el argumento de que «la edad no debe interferir en la formación de los defensores de nuestra patria». En ese sentido, Kadírov publicó en su Telegram un vídeo donde los tres adolescentes (de 14, 15 y 16 años) recibían entrenamiento militar. «No basta con saber disparar. Se les enseña cómo manejar diversas armas, cómo usarlas a cualquier distancia y los fundamentos teóricos», afirmaba entonces el líder checheno. Por sus 46 años, Putin le regaló un ascenso al rango de coronel general, el tercer puesto más alto en el escalafón militar de las Fuerzas Armadas rusas.
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Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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