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¿El primer ministro francés, Michel Barnier, se comerá esta Navidad los famosos macarons en Matignon? Los vientos soplan a favor del 'no'. La coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP) anunció este lunes una moción de censura contra él que cuenta con serias ... opciones de prosperar. La ultraderechista Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) de Marine Le Pen comunicó que votará a favor de ese texto, «salvo un milagro» de última hora. Ambos bloques superan el umbral de la mayoría absoluta -al menos 289 escaños- en la Asamblea Nacional.
La coalición progresista anunció su moción en respuesta al uso del artículo 49.3 -un polémico decreto que sirve para aprobar leyes sin someterlas a votación parlamentaria- por parte del primer ministro para sacar adelante la parte de los presupuestos dedicada a la Seguridad Social. «Tenéis que decidir si adoptamos un texto responsable o nos adentramos en un terreno desconocido», advirtió desde el estrado del Parlamento. «Ante esta enésima negación de la democracia, censuraremos al Gobierno. Barnier, de 73 años, pasará a la historia como el que ha tenido el mandato más corto», le respondió la diputada Mathilde Panot, presidenta de la Francia Insumisa, el grupo (afín a Sumar o Podemos) más numeroso dentro de la alianza de izquierdas del NFP.
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La amenaza de una moción de censura exitosa planeaba sobre Barnier desde su nombramiento a principios del pasado septiembre por parte de Emmanuel Macron. A pesar de la victoria por la mínima del NFP en las elecciones legislativas anticipadas del 7 de julio, y tras casi dos meses con el Ejecutivo en funciones, el presidente galo designó al veterano dirigente conservador. El elegido como primer ministro compuso entonces un gabinete de coalición entre el centro-derecha macronista y la derecha tradicional de Los Republicanos (LR), que apenas cuenta con el apoyo de 212 escaños. Ante una izquierda indignada por esa decisión y que encarna una oposición frontal a Barnier y los suyos, la supervivencia del Gobierno dependía desde entonces de la extrema derecha.
212 escaños
apoyan a Barnier, lejos de la mayoría (289) necesaria para asegurar su continuidad.
Pese a la promesa que lanzó en octubre de ejercer «una oposición constructiva», Le Pen ha desgarrado en las últimas semanas su disfraz de corderito y ha endurecido su posición. La elaboración de los presupuestos con las medidas de austeridad más duras -un recorte de 40.000 millones de euros del gasto público- desde el inicio del primer mandato de Macron en 2017 ha propiciado que la mayoría de los franceses desee una caída del Ejecutivo, que, además, dejaría muy tocado al presidente. Es un sentimiento especialmente mayoritario entre los partidarios de la izquierda y de la extrema derecha.
Barnier hizo en los últimos días varias concesiones a Agrupación Nacional en un intento de frenar su adhesión a una posible moción de censura contra él. Primero renunció a aumentar las tasas sobre la factura de la luz y, luego, este lunes al mediodía, informó de que finalmente no reduciría la parte financiada por la Seguridad Social en el coste de los medicamentos. Le Pen ha preferido, sin embargo, escuchar los anhelos de su electorado, sobre todo teniendo en cuenta que la mayor parte de la clase política prevé la convocatoria de otras elecciones anticipadas a partir de junio del año que viene cuando, como pronto, los franceses podrían regresar a las urnas.
«Accionaremos el mecanismo del voto del arma de la censura, salvo un milagro de última hora», advirtió por la mañana Jordan Bardella, el número dos de Agrupación Nacional, que presentará su propio texto además de respaldar la propuesta de la izquierda. Su jefa, la ultraderechista Le Pen, confirmó esta amenaza este lunes por la tarde en los pasillos de la Asamblea Nacional: «Aunque haya una o varias, votaremos todas las mociones». A diferencia de España, el apoyo a una iniciativa de este tipo en Francia no supone el respaldo a un Ejecutivo alternativo por parte de aquellos que impulsan la caída del primer ministro. Y esto facilita las alianzas contra natura.
«Tenéis que decidir si adoptamos un texto responsable o nos adentramos en un terreno desconocido»
«Accionaremos el mecanismo del voto del arma de la censura, salvo un milagro de última hora»
«Barnier pasará a la historia como el primer ministro que ha tenido el mandato más corto»
«Si cae, será culpa de todos aquellos que han decidido pulsar el botón rojo, y entre ellos se encuentran los socialistas»
«Si cae, no será la culpa de Barnier, sino de todos aquellos que han decidido pulsar el botón rojo, y entre ellos se encuentran los socialistas», denunció el representante centrista Jean-René Cazeneuve señalando al partido de la rosa, que forma parte del NFP y votará asimismo la moción de censura. Desde la presentación de los presupuestos en octubre, el primer ministro ha tenido que dedicar buena parte de su tiempo a contentar a sus supuestos aliados, especialmente a los macronistas, quienes han dificultado su compleja tarea y, sobre todo, han ralentizado sus fallidas negociaciones con la oposición. Su experiencia como negociador del Brexit ha resultado insuficiente estos últimos meses en una italianizada política gala.
El debate y voto de los textos de censura están previstos para mañana mismo o el jueves a más tardar. Salvo un giro inesperado, el Gobierno de Barnier caerá esta semana, lo que representará un hecho inédito en Francia desde 1962. Todo un reflejo de la fase avanzada en que se encuentra la crisis de la presidencia de Macron.
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