El SPD nomina a Scholz como candidato a la cancillería alemana y cierra el debate sobre su sucesión

«No, realmente no hemos dado una buena imagen en la nominación de nuestro candidato a la Cancillería Federal», reconoció Saskia Esken, copresidenta del SPD, al anunciar la nominación y admitir que el debate interno de las dos últimas semanas ha perjudicado al partido y el propio Scholz. «Ahora es el deber de todos cambiar de tema y asegurarnos de que comenzamos la campaña electoral», señaló a su vez Lars Klingbeil, pareja de Esken en la presidencia de la formación política más antigua de Alemania.

«Ahora queremos luchar juntos y esforzarnos por el progreso de nuestro país», declaró tras su nominación el propio Scholz, quien señaló que había sido muy complicado mantener cohesionada su coalición tripartita hasta su ruptura el pasado 6 de noviembre con la expulsión de los liberales (FDP) y su presidente y hasta entonces ministro de Finanzas, Christian Lindner. Scholz enumeró como retos para los próximos años la guerra en Ucrania, el desarrollo de las energías alternativas y el alto coste de la vida para los ciudadanos, para lo que señaló como necesario cambiar la ley que limita el endeudamiento público.

El jefe del Ejecutivo alemán será proclamado oficialmente candidato el próximo 11 de enero durante un congreso de la socialdemocracia alemana. Aunque se trata de una formalidad, Scholz comprobará entonces la popularidad de que goza entre sus camaradas del SPD. En mayo de 2021, cuando fue elegido cabeza de lista antes de los comicios en septiembre de ese año consiguió el respaldo del 96,2% de los delegados. Es más que dudoso que logre en esta ocasión un respaldo igual.

Entonces el SPD contaba en los sondeos con unas previsiones de voto del 14% al 16%, muy similares a las de la actualidad. Pero varias declaraciones desafortunadas y meteduras de pata de su máximo rival y candidato de la Unión de cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU) en aquellos comicios, Armin Laschet, dieron durante el verano de 2021 un vuelco a las encuestas y al resultado de los comicios a principios de otoño. Los socialdemócratas lograron convertirse en la fuerza más votada con un 25,7% de votos. Scholz aspira a repetir la hazaña de entonces.

Durante los últimos 15 días lo socialdemócratas alemanes se habían visto inmersos en un virulento debate interno sobre si Scholz, tocado por la crisis de gobierno y la impopularidad de su persona, debía ser reemplazado como candidato del partido por su propio ministro de Defensa, el político más popular de Alemania entre la población según los sondeos. Un debate que no se cerró hasta la semana pasada cuando Pistorius proclamó su lealtad al canciller federal y su desinterés por suplantarle en campaña.

Pese a todo, el descontento sigue reinando en las bases del partido, sobre todo con su dirección. Durante el congreso de los Jusos, las juventudes socialistas, este fin de semana hubo duras críticas contra la presidencia del SPD. Philipp Türmer, presidente de los Jusos, criticó a Esken y Klingbeil por no haber sabido gestionar el debate sobre la nominación del candidato y permitir un «espectáculo de mierda» que ha dañado al partido, así como a Scholz y Pistorius.