En vísperas de las elecciones anticipadas de Irlanda, a las que están llamados 3,5 millones de ciudadanos irlandeses y residentes británicos registrados en el censo electoral para que el próximo viernes elijan a 174 diputados en 43 circunscripciones, el vaticinio más frecuente es que ... el resultado que arrojarán las urnas es impredecible. La gran incógnita es si la república se sumará a la volatilidad que sacude a sistemas políticos democráticos de todo el mundo. Por ahora, la última encuesta de la compañía Ipsos, publicada por 'The Irish Times' este lunes, prevé una caída de seis puntos para el partido gobernante, Fine Gael, con una intención de voto del 19%. Fianna Fáil suma un 21% y el Sinn Féin, el 20%.
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La tendencia internacional es un rechazo de los partidos en el poder por parte de los electores. En Irlanda, el Fine Gael lidera el Ejecutivo desde 2011 aunque desde 2020 lo hace en coalición con el Fianna Fáil. Hasta esa fecha ambas formaciones se habían turnado en el Gobierno. Aunque las encuestas de cara a la cita del viernes con las urnas dan ventaja al partido de Simon Harris, el Fine Gael, pese a su retroceso, los sondeos también sugieren que los electores irlandeses votarán por otras alternativas, algunas de ellas de nueva creación. La pérdida de apoyo a Harris se debería a errores de arrogancia en la campaña.
En los últimos cinco años, la política irlandesa ha seguido los pasos de otros países en Europa con la irrupción de grupos nacionalistas de extrema derecha en la escena política. Los promotores del Irish Freedom Party, por ejemplo, están asociados al euroescepticismo radical del inglés Nigel Farage y su Reform UK, mientras que The National Party se formó contra la inmigración y tanto Ireland First como Ireland People promueven asimismo políticas populistas.
Los analistas los llaman micropartidos porque en los comicios a los que se han presentado hasta ahora han obtenido muy bajos porcentajes y los militantes que lograron alguna concejalía municipal participaron como independientes. Por eso, el Sinn Féin, la única formación relevante que se organiza en Irlanda del Norte y en la república, sería el candidato para beneficiarse del voto contra el establishment. Sin embargo, en un año ha pasado de registrar la mayor intención de voto –hasta por encima del 30%– a sólo un 18% en la última encuesta electoral.
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El Sinn Féin, asociado históricamente al Ejército Republicano Irlandés (IRA), se ha concentrado desde la oposición en la crítica hacia los dos grandes partidos de centroderecha en cuestiones económicas que tienen resonancia en la población. En esa línea diseñó un programa de expansión del servicio universal de salud, que quiere corregir el sistema actual, una combinación de cobertura pública y privada con subsidio del Estado.
El plan de vivienda propuesto por el Sinn Féin, por su parte, ha sido elogiado por los medios como el más detallado. Tiene un coste de 39.000 millones de euros, pero el Ejecutivo de Harris prevé cerrar el ejercicio presupuestario de este año con un superávit de 25.000 millones gracias a los ingresos fiscales que obtiene de grandes multinacionales establecidas en la isla. El primer ministro, y líder del Fine Gael, asegura que es un proyecto muy caro y puntualiza que su gestión permitirá la inversión en los servicios públicos.
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Tras cosechar el mayor número de votos en las elecciones generales de 2020, la máxima responsable del Sinn Féin, Mary Lou Macdonald, intentó alcanzar la jefatura del Gobierno a pesar de que el Fine Gael y el Fianna Fáil sumaban más escaños. Fue entonces cuando estos dos partidos se unieron en coalición por primera vez en la historia para evitar que su rival, al que acusaban de estar dirigido por un grupo secreto de veteranos del IRA, mandase en Dublín.
Macdonald perdió la oportunidad, pero su formación, que es la más votada en Irlanda del Norte, había conseguido por primera vez en el sur una alianza de votantes tradicionales de clase obrera, profesionales nacionalistas y jóvenes atraídos por los rebeldes contra los partidos de siempre. Analistas electorales achacan en parte la caída que sufre hoy el Sinn Féin en la intención de voto a que aquellas adhesiones a sus filas eran blandas.
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18% de intención de voto
dan las encuestas al Sinn Féin, cuando hace sólo un año registraba un 30%.
El resultado del partido en las elecciones municipales y europeas del pasado junio fue un desastre. La dirección creyó que en 2020 había presentado menos candidatos que los necesarios para ganar y reaccionó proponiendo demasiados cuatro años más tarde. El sistema electoral, que marca las papeletas de aspirantes por orden de preferencia, causa ese tipo de tropiezos.
Los republicanos han tenido también dificultades para responder a las protestas contra la inmigración. Están ideológicamente atrapados entre los nacionalistas de barrios pobres que les llaman traidores y el liberalismo de jóvenes que simpatizan con los solicitantes de asilo y esperaban una defensa más categórica de los extranjeros por parte del Sinn Féin. Además, en los dos últimos meses, la formación se ha visto sacudida por escándalos de abusos sexuales que trató sin éxito de resolver a puerta cerrada.
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Gerry Adams, patriarca del movimiento republicano, escribía la pasada semana en el diario 'Irish Times' que «algunos ven las campañas electorales como oportunidades para escribir la necrológica del Sinn Féin». Y para reavivar el voto a su partido recordaba que su objetivo principal en el norte y en el sur es la unidad política de la isla. Macdonald ya ha adelantado que, si gana las elecciones y gobierna, quitará inmediatamente al Ministerio de Asuntos Exteriores de Dublín la responsabilidad de las relaciones con Irlanda del Norte para transferirla a la oficina de la primera ministra. Pero antes tendrá que superar el hondo rechazo hacia su partido por sus conexiones con la violencia del IRA Provisional.
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El plan para convocar por consenso un referéndum de unificación es parte esencial del programa del Sinn Féin. Micheál Martin y Simon Harris, líderes del Gobierno y de los partidos más populares en Irlanda, han expresado su desinterés hacia ese proyecto.
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