Juan García-Gallardo (Vox) ha reconocido como un referente para su partido las políticas a favor de la natalidad y antiabortistas del Gobierno húngaro de Víktor Orbán. El pasado mes de septiembre, el ejecutivo de Budapest puso en marcha un protocolo similar al que ... planteó hace unos días la Junta de Castilla y León, con la diferencia de que es obligatorio para las mujeres que desean abortar escuchen antes el latido del feto.
Publicidad
Se trata de medidas con una larga tradición en grupos políticos ultraconservadores de Europa, Estados Unidos y América Latina. La Polonia de Andrzej Duda, del partido Ley y Justicia (PiS); la Italia de la coalición conservadora de Giorgia Meloni (Hermanos por Italia) y el citado ejemplo de los 12 años en el poder de Viktor Orbán (Fidesz) tienen al asesor de cabecera de Donald Trump, Steve Bannon, como principal influencia.
El politólogo y periodista Daniel Galvalizi define que «el escenario en cada uno de los países es diferente para esta internacional conservadora, pero sus reclamos son similares: nacionalismo, en contra del globalismo, negacionismo climático, lucha contra la inmigración irregular, reivindicación del papel de la familia tradicional como modelo único y oposición a lo que denominan ideología de género».
Steve Bannon, describió así la estrategia de implantación de su movimiento similar al modelo de una franquicia comercial: «Los detalles cambian en cada país, pero la filosofía es la misma: llevar la toma de decisiones cerca de la gente, soberanismo, seguridad y economía. (….) A eso lo llamo colocar el producto». El principal enlace de Vox con este ideólogo es Rafael Bardají, miembro del Comité Nacional de los verdes, y exasesor en Seguridad Nacional de José María Aznar. Desde 2018, Bardají se ha reunido en numerosas ocasiones con Bannon a la par que con la Administración del expresidente Donald Trump para compartir objetivos en su batalla cultural por marcar una agenda conservadora. «La derecha radical utiliza recursos del populismo para crear un discurso fuerte entre un nosotros y un otros, que pueden ser los inmigrantes, los homosexuales, la Unión Europea o los lobbies de la Agenda 2030. Necesitan de un enemigo compartido frente al que definirse», contextualiza Galvalizi.
Publicidad
Por ello, los partidos en el poder que siguen la estela de la llamada 'Alt-right' no tienen medidas genuinamente originales, sino que adaptan mensajes comunes a la realidad de sus países y de sus votantes. La defensa de que el embrión desde sus primeras etapas es una vida humana es transversal en la mayor parte de estas formaciones, y dan más importancia a esto que al derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo y su maternidad. En Estados Unidos llega una prohibición casi total de la interrupción voluntaria del embarazo en doce estados -entre ellos Texas, Alabama y Kentucky- tras el fallo de la Corte Suprema, de mayoría republicana, del pasado julio. Un giro de 180 grados desde que en el año 1973 se promulgó la primera sentencia a nivel federal a favor del derecho al aborto.
Por ello, los partidos en el poder que siguen la estela de la llamada 'Alt-right' no tienen medidas genuinamente originales, sino que adaptan mensajes comunes a la realidad de sus países y de sus votantes. Las victorias de una formaciones terminan siendo los logros compartidos de otras, como ocurre con Hungría y Vox en el apoyo de las medidas provida. La defensa de que el embrión desde sus primeras etapas es una vida humana es transversal en la mayor parte de estas formaciones, y dan más importancia a esto que al derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo y su maternidad. En Estados Unidos llega una prohibición casi total de la interrupción voluntaria del embarazo en doce estados -entre ellos Texas, Alabama y Kentucky- tras el fallo de la Corte Suprema, de mayoría republicana, del pasado julio. Un giro de 360 grados desde que en el año 1973 se promulgó la primera sentencia a nivel federal a favor del derecho al aborto.
Publicidad
Estas medidas vienen amparadas bajo la creencia de que toda vida humana es sagrada, con raíces habitualmente religiosas. A pesar de que en la mayor parte de los países europeos -salvo el caso de Polonia, Hungría y Malta- existen legislaciones que regulan de una forma liberal el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo. «El populismo conservador intenta resucitar debates que se creían superados, lo contesta y marca nuevos marcos en la opinión pública. Eso se les da especialmente bien», afirma Galvalizi. La mayor parte de estas formaciones acompañan estas medidas que denominan 'provida' con ayudas a la natalidad como cheques por tener hijos, guarderías gratuitas y ayudas fiscales. Una concepción de la familia restrictiva, en la opinión de Jaime Bordel, politólogo y autor del libro 'Salvini y Meloni: hijos de la misma rabia', que la entiende como una unión heterosexual basada en el matrimonio. Eslovaquia, Hungría, Polonia e Italia tienen en común tener una mayoría católica, algo no tan habitual en el caso de los países de Europa del este, dónde la mayoría religiosa es ortodoxa. Una diferencia entre Hungría y Polonia es la relación con Rusia, que es opuesta, mientras que el primero es un aliado de Putin y el segundo es atlantista.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.