Borrell reclama unidad dentro de la UE en su último baile en Bruselas

Cuando Borrell desembarcó en Bruselas, en 2019, la mayor preocupación en materia de política exterior de la UE se centraba en la situación en Libia y Bolivia. Cinco años después, la guerra en Ucrania y el conflicto en Oriente Próximo «el escenario político ha cambiado por completo», reconoció a su llegada a la reunión de ministros de Exteriores de la UE.

En 2021 viajó a Moscú tras cuatro años de distanciamiento entre Rusia y la UE, donde se encontró con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. Borrell exigió entonces la liberación del opositor Alexéi Navalni y una «investigación transparente» sobre el envenenamiento que sufrió en Siberia. Ante tal demanda, Lavrov equiparó al político ruso con los detenidos por el procés en Cataluña.

El apoyo a Ucrania ha sido uno de los grandes caballos de batalla de su mandato. Fue una de las primeras voces en condenar la invasión de Rusia en Ucrania en febrero de 2022 y coordinó la puesta en marcha de distintas rondas de sanciones a Moscú (...). Impulsó, igualmente una respuesta coordinada de los Veintisiete con la movilización de fondos para el apoyo humanitario y militar de Kiev. De hecho, en sus declaraciones este lunes, lamentó que su propuesta para el Fondo Europeo para la Paz no salga adelante antes de que finalice su período en el cargo.

En este proceso ha encontrado numerosas trabas como la falta de unanimidad dentro del Consejo Europeo, necesaria para tomar decisiones en materias sensibles como la Política Exterior, boicoteada por Hungría, como fue en el caso del envío de 50.000 millones de ayuda macrofinanciera europea a Ucrania.

Su postura también ha sido firme en torno al conflicto en Oriente Próximo, donde ha defendido la solución de los dos Estados. En su última reunión ante los ministros de Exteriores, apuntó a la necesidad de suspender el diálogo con Israel, por sus vulneraciones de los Derechos Humanos en la Franja de Gaza y como forma de «aumentar la presión» sobre el país para frenar la guerra en Gaza y Líbano, una iniciativa que también defienden España e Irlanda. Tras más de un año de guerra y con más de 44.000 fallecidos, el diplomático aseguró que «ya no hay nombre para definir lo que está ocurriendo en Gaza».

La propuesta de Borrell para cortar el diálogo con Israel cayó este lunes en saco roto, debido al poco tiempo que le queda en el cargo. El ministro de Exteriores neerlandés abogó por «mantener la puerta abierta» a Israel y fuentes diplomáticas explicaron este lunes que hay al menos seis Estados miembros que se oponen a esta medida. Borrell deja ahora el cargo en manos de la estonia Kaja Kallas, conocida por su discurso fuerte de apoyo a Ucrania. No está claro, con todo, si apoyará con el mismo empeño el reconocimiento del Estado palestino y poner presión sobre Israel para acabar con el conflicto en Oriente Medio.