El FBI investiga el tiroteo del saudí en la base de Florida como terrorismo

Lo dijo, eso sí, Rachel Rojas, la agente del FBI a cargo de la investigación, al confirmar el domingo que trabaja con la presunción de que el tiroteo fue un acto terrorista. Los investigadores todavía no han esclarecido los motivos, aunque se sabe que días antes organizó una cena en la que estuvo viendo vídeos de tiroteos con tres amigos saudíes. En cuestión de horas esos amigos estarían filmándolo.

«No estoy intentando juzgar a nadie, ya sé que hoy en día la gente saca los teléfonos para filmarlo todo», concedió el secretario de Defensa, Mark Esper, al confirmar que «uno o dos» fueron detenidos temporalmente, ya que ahora «cooperan» con las autoridades. Trump, por su parte, dijo a la prensa lo «devastados» que están el monarca saudí y el príncipe heredero Mohammed bin Salmán. «El rey se involucrará en ayudar a las familias (de las víctimas) y a sus seres queridos», prometió. «Lo siente mucho, está muy devastado», insistió.

El teniente segundo de la guardia real saudí que entrenaba con la aviación estadounidense desde 2017 habría completado el curso en agosto próximo, pero todo indica que su experiencia en EE UU contribuyó a radicalizarle. Tras su última visita a casa en febrero sus amigos y compañeros notaron que se había vuelto «más religioso».

Poco después un instructor le insultó en clase de meteorología sin venir a cuento, cuando se refirió a él como «estrella porno», en aparente referencia a su bigote. «Se echó a reír y dijo: '¿Qué, que no has visto nunca a una estrella porno?'», contó en una queja que interpuso con ayuda de dos compañeros estadounidenses. El incidente le dejó «humillado y enfurecido», escribió. Con todo, el instructor no fue sancionado y a los pocos días se lo asignaron para una clase de vuelo, lo que le obligó a quejarse de nuevo.

El episodio ocurrió en abril, por lo que no se sabe si tiene relación con el tiroteo. En el tiempo transcurrido se le conoce una cuenta de Twitter en la que parafraseaba a Bin Laden atacando a EE UU por cometer crímenes «no solo contra los musulmanes, sino también contra la Humanidad». Días antes Alshamrani y sus tres amigos saudíes visitaron Nueva York y se pasearon por el Rockefeller Center. Las autoridades revisan ahora las cámaras de seguridad por temor a que fuese algo más que un recorrido turístico. El Pentágono, por su parte, controla el programa que permite a más de 5.000 militares extranjeros entrenar en EE UU, de los que 850 son saudíes.