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En la epidemia de tiroteos escolares que azota Estados Unidos, ¿son responsables de los crímenes los padres que compran las pistolas de sus hijos? En el caso de Ethan Crumbley, un jurado de Michigan decidió este martes que sí. Al menos en lo que, se ... refiere a su madre, Jennifer Crumbley, de 45 años, que en noviembre de 2021 le regaló una pistola a su hijo de 15 años con problemas mentales, ignoró todas las advertencias del colegio y fue el último adulto que tuvo en la mano la pistola semiautomática de 9 milímetros, antes de que se la llevase al instituto y matase a cuatro compañeros, además de herir a otros seis y un profesor. El jurado la ha encontrado culpable de cuatro delitos de homicidio involuntario, por los que puede ser condenada a un máximo de 15 años de prisión.
No fue un tiroteo cualquiera, sino uno tan particularmente cruel que fue enjuiciado como adulto y condenado por terrorismo. A Justin Shilling, de 17, le obligó a arrodillarse antes de ejecutarlo. A Hanna St. Juliana, de 14, la remató en el suelo «para acabar el trabajo», declaró después. A casi todas sus víctimas le disparó varias veces. «Soy una mala persona. He hecho cosas terribles que nadie debería hacer. Planeo ser mejor», dijo al juez en diciembre pasado. A los 17 años ha sido sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de obtener la libertad condicional, la primera sentencia de ese tipo desde que en 2012 el Tribunal Supremo dictaminase que es una condena excesiva que solo debe ser usada en casos extremos. Su madre también hace historia ahora.
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El caso abre un nuevo capítulo en los tiroteos masivos al poner la responsabilidad en la madre por no haber ejercido adecuadamente su papel de tutelaje haciendo «pequeñas cosas», dijo el fiscal, que podían haber evitado la tragedia. Para empezar, el arma de fuego se guardaba en un cajón sin cerradura y por tanto sin supervisión. Sus padres habían recibido varias llamadas del colegio avisándoles de que habían visto al chico buscando munición por internet en su teléfono, además de múltiples señales de alarma que incluían haber dibujado balas en el pupitre con frases como «veo sangre por todas partes», y un emoji a carcajadas dibujado por él mismo.
¿Qué hacía su madre entre tanto? Según la Fiscalía, poner más atención a sus caballos y a su relación extramarital que a las necesidades de su hijo. «Ja, ja, no estoy enfadada contigo, solo tienes que aprender a que no te cojan », le escribió en un mensaje de texto después de recibir una llamada del colegio, que no devolvió.
El chico, que no ha declarado en el juicio, también pensaba que sus padres no le hacían caso y le habían negado ayuda psicológica, según escribió en su diario. Todavía el padre, quien pagó la pistola, tiene que ser enjuiciado por los mismos delitos. Ambos huyeron de su casa tras conocerse la dimensión de la masacre y fueron detenidos en Detroit al día siguiente de ser imputados. Cuentan con antecedentes legales por conducir bajo la influencia del alcohol y fraude bancario. A menudo dejaban a su hijo solo en casa mientras se iban de bares, hasta el punto de que un vecino llegó a contactar a los servicios de protección de menores para denunciarlo.
«El 76% de los tiroteos escolares se producen con armas que los chicos cogieron de casa de sus padres», dijo a MSNBC Fred Guttenberg, cuya hija fue asesinada en Parkland (Florida). «Es hora de que pongamos la mira en los padres irresponsables».
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