Es la pintura rupestre más antigua del planeta. Y se está destruyendo por el cambio climático. Está en Indonesia y se calcula que tiene unos 45.000 años de antigüedad. La subida de temperaturas del planeta provoca que la roca sobre la que se pintaron estas manos se esté deteriorando lentamente, como señalan los expertos indonesios y australianos que estudian la cueva. Y lo hace un ritmo muy rápido. En solo seis meses se han destruido 1,36 centímetros cuadrados de pintura. Los investigadores buscan una solución contrarreloj para que no se pierda esta joya prehistórica. Vigilar el nivel de sal de las paredes es lo único que de momento se puede hacer para que no continúe la pérdida de este tesoro artístico.
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