La oposición surcoreana pide ahora el cese del presidente interino por bloquear la destitución de su antecesor

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El primer ministro, que hace las veces de presidente interino desde la destitución de Yoon, quien se niega a dimitir, explicó esta semana ante la prensa que no tenía intención de aprobar los nombramientos para las tres plazas vacantes del Constitucional. Han argumentó que antes debe haber un acuerdo bipartidista. Con su postura bloquea el proceso iniciado a mitad de mes para el cese del anterior mandatario, contra quien la oposición registró una moción de censura que consiguió sacar adelante con el apoyo de varios parlamentarios del partido gobernante.

La última palabra sobre su marcha, sin embargo, corresponde al alto tribunal, que cuenta con seis meses de plazo para decidir sobre el futuro de Yoon. En caso de que Han no cambie de idea y el Constitucional permanezca con tres de sus nueve puestos vacantes, la destitución del presidente debería ser aprobada por unanimidad de sus magistrados. El rechazo, por ahora, a cubrir esas plazas profundiza la crisis que arrastra Corea del Sur, la peor en décadas, desde que el anterior mandatario decidió decretar –y levantar unas horas después en vista de la polémica– la ley marcial por la supuesta cercanía de los partidos de la oposición a la vecina Corea del Norte.