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Yamandú Orsi, de 57 años y profesor de historia, será el nuevo presidente de Uruguay tras la segunda vuelta de las elecciones celebradas el domingo en el país latinoamericano con una participación del 89,2%. Considerado el delfín del expresidente Pepe Mujica, el candidato de ... la oposición recupera el poder para el movimiento Frente Amplio con un 49,7% de los votos después de que, en los anteriores comicios, el partido dejara la presidencia en manos del Partido Nacional tras gobernar durante tres lustros (2005-2020).
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El Frente Amplio consiguió un total de 1.196.603 votos frente a los 1.101.185 obtenidos por el oficialismo del Partido Nacional, que ganó las elecciones de 2019 por una diferencia menor (37.000 electores). La nación «de la libertad, la igualdad y la fraternidad ha triunfado una vez más», fue la primera declaración entusiasta de Orsi, al mismo tiempo que prometía unir más a los uruguayos. «Hay que entender que hay otra parte de nuestro país que hoy tiene sentimientos diferentes, y ellos tendrán que ayudar a construir un país mejor porque también los necesitamos. El mensaje no puede ser otro que sigan abrazando las banderas, las ideas, porque a partir del debate de ideas se construye un país mejor, y sobre todas las cosas, una república democrática con futuro«, añadió.
Uruguay, calificado el país latinoamericano con la democracia más sólida de la zona, dio la espalda a Álvaro Luis Delgado Caretta (55 años), doctor en Medicina y Tecnología Veterinaria, que aspiraba a continuar con la política gubernamental instalada en los últimos años por Luis Lacalle Pou, que dejará el cargo el próximo 1 de marzo. Sin embargo, se ha tenido que conformar con el 45,8% de los votos, un resultado insuficiente para poder gobernar el país latinoamericano.
49,7% de los votos
han ido a parar a Yamandú Orsi, el candidato de Frente Amplio, que en marzo será investido como nuevo presidente de Uruguay. Su rival, el oficialista Álvaro Delgado (Partido Nacional), obtuvo el 45,8% de las papeletas.
Uruguay políticamente es una nación dividida, pero donde existen pocos conflictos. «La ciudadanía no quiere peleas, quiere acuerdos», proclamó Diego Labat, quien se hubiera convertido en ministro de Economía de Delgado, que hace unos días ya había declarado que en caso de victoria abriría los brazos para llegar a todos los acuerdos necesarios.
Pese a que en la campaña de esta segunda vuelta no ha faltado el cruce de acusaciones entre los dos partidos más votados el pasado octubre, se espera que el candidato derrotado acepte el recuento pese a la escasa diferencia en el resultado final. El elegido para gobernar Uruguay se verá obligado a tender la mano para dirigir el país, ya que tanto Delgado como Orsi carecen de mayorías parlamentarias. En la primera vuelta, el Partido Nacional consiguió 49 de 99 asientos de la Cámara de Diputados, mientras que el Frente Amplio logró 16 de 30 escaños en el Senado.
«Hicimos todo lo que teníamos que hacer. Trabajamos en unidad. Escuchamos las quejas y las críticas que tenían los uruguayos. Hemos ganado con un resultado amplio. Haremos un gobierno con sensibilidad. Vamos a conversar con todos. Vamos a hablar con todos para llegar a acuerdos y lo hacemos porque queremos tener unido a Uruguay», reaccionó el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, tras conocer el resultado de las elecciones.
El Partido Nacional confiaba en el apoyo de otras fuerzas que se oponen al Frente Amplio para hacerse con la victoria. Era lo que esperaba después de que en la primera vuelta el partido de Orsi fuera el más votado (43,7%), pero algunas fuentes señalaban que el Partido Colorado -que lidera Andrés Ojeda y quedó en tercer lugar en octubre- respaldaría al candidato oficialista para que el centroderecha continuara en el poder.
En las calles de Uruguay los simpatizantes de Orsi exhibían su alegría por su triunfo. «Estoy emocionado porque hace cincuenta años me tuve que ir del país por la dictadura, y cada vez que gana el Frente se me estruja el corazón», contó un ciudadano en la televisión. Si hay otro hombre feliz tras estos resultados seguramente será Pepe Mujica, que hace unos días apareció en un mitin para enviar su apoyo al aspirante de su formación. «Soy un anciano que se va. Hay que trabajar por la esperanza. Les doy mi corazón. Tengo que dar gracias a la vida porque cuando estos brazos se vayan habrá miles de brazos sustituyéndome. Hasta siempre», expresó.
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