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AGENCIAS
Martes, 26 de abril 2016, 11:01
Ucrania ha celebrado un homenaje este martes para recordar el trigésimo aniversario del desastre nuclear de Chernóbil, que contaminó permanentemente áreas del este de Europa y resaltó las debilidades del hermético sistema soviético.
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A primera hora del 26 de abril de 1986, una prueba fallida en la central nuclear de la entonces Ucrania soviética provocó una fusión que emitió nubes mortales de material atómico a la atmósfera, forzando a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha rendido hoy un homenaje a los héroes y víctimas de Chernóbil en un mensaje con motivo del 30 aniversario del mayor accidente en la historia del uso pacífico de la energía atómica.
"Chernóbil fue una gran lección para la humanidad, y sus consecuencias hasta hoy tienen impacto en la naturaleza y la salud de las personas", escribe Putin en su mensaje, publicado en la página web del Kremlin. El presidente ruso ha destacado que "la magnitud de la tragedia pudo ser inconmensurablemente mayor de no haber sido por el valor ejemplar y sacrificio de los bomberos, militares y médicos, que cumplieron con honor su deber profesional y ciudadano". "Mucho de ellos sacrificaron sus vidas en aras de la salvación de de otros", ha agregado.
Putin ha recalcado que todos aquellos que participaron en la liquidación de la catástrofe en la planta nuclear de Chernóbil son considerados en Rusia, con todo derecho, "verdaderos héroes". "Inclinamos nuestras cabezas ante la memoria de los fallecidos. Y, por supuesto, expresamos nuestra profunda gratitud a los liquidadores veteranos, que no olvidan a sus compañeros que ya no están, que ayudan a su familias y realizan una activa y necesaria labor social", ha remachado el jefe del Kremlin.
Familiares de aquellos que murieron como resultado del peor accidente nuclear del mundo han acudido a la vigilia iluminada con velas en una iglesia de Kiev construida en su memoria. "No pensamos que este accidente cambiaría todas nuestras vidas, dividiéndonos en 'antes de la guerra' y 'después de la guerra' como nosotros lo llamamos. Fue una guerra nuclear silenciosa para nosotros", cuenta Liudmila Kamkina, una antigua trabajadora de la planta. Otros se han reunido en un homenaje en Slavutich, una ciudad a 50 kilómetros de Chernóbil que se estableció para acoger a muchos de los que abandonaron sus hogares para siempre.
Los "liquidadores"
Más de medio millón de personal civil y militar de toda la antigua Unión Soviética fue reunido para participar como "liquidadores" en la limpieza y contención del desastre nuclear, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En total, 31 trabajadores de la planta y bomberos murieron inmediatamente después del accidente, la mayoría de ellos por una contaminación aguda de radiación. Durante las últimas tres décadas, miles más han muerto por enfermedades relacionas con la radiación, como el cáncer, aunque la cifra total de fallecidos y afectados a largo plazo sigue siendo objeto de un intenso debate.
Nikolai Cherniavskiy, de 65 años, que trabajó en Chernóbil y más tarde fue un liquidador voluntario, recuerda haber subido al tejado de su bloque de apartamentos cerca de la localidad de Prípiat para ver la planta después del accidente. "Mi hijo dijo 'papá, papá, quiero mirar también'. Él tiene que llevar gafas ahora y siento que es mi culpa por dejarlo mirar", relata Cherniavskiy.
El desastre y la reacción del Gobierno resaltaron las debilidades del sistema soviético de incontables burócratas y una intensa cultura de secretismo. La evacuación no fue ordenada hasta 36 horas después del accidente.
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