Xuxa critica su pasado

Maria da Graça Xuxa Meneghel, conocida profesionalmente como Xuxa, se convirtió en la estrella de la televisión brasileña en las décadas de 1980 y 1990. Jugaba, cantaba y bailaba para unos niños que estaban encandilados con ella.

Hoy, en una entrevista que recoge ABC.es, Xuxa reniega de su pasado: «Yo venía a ser la muñeca, la niñera, la amiga de estos niños», reconocía. «Una Barbie de aquella época. Ella llevaba un coche rosa y yo una nave espacial rosa». Al igual que la muñeca, rubia, de ojos azules y blanca, la cantante se convirtió en un ídolo de masas.

Con una visión retrospectiva, Xuxa reconoce que su elección no fue la más adecuada en un país como Brasil con una población mayoritariamente negra: «No lo veía mal. Hoy sabemos que está mal», dijo Xuxa sobre el estándar de belleza que representó para la juventud brasileña.

También ha reconocido las presiones que sufría por parte de los directivos de su programa para mantener su espectacular físico: le dijeron que perdiera peso, la obligaron a someterse a cirugía plástica y le prohibieron cortarse el pelo. «Me veían como un trozo de carne», ha puesto de manifiesto ahora, a sus 60 años.

Esa falta de rostros negros en los programas de Xuxa «infligió heridas profundas a muchas mujeres en Brasil», dijo Luiza Brasil, quien escribió un libro sobre el racismo en la cultura, la moda y la belleza brasileñas. «No fui yo quien lo decidió, pero lo avalé. Le puse mi firma», reconoce arrepentida la cantante.

Xuxa aprendió español y comenzó a grabar programas en Buenos Aires y Barcelona. A principios de la década de 1990, decenas de millones de niños veían sus programas en portugués y español. Un periódico francés la catalogó como una de las mujeres más influyentes del mundo, junto a Margaret Thatcher.

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