Patricia Conde en 'Masterchef Celebrity 7'. RTVE

La vallisoletana Patricia Conde explica su polémica actitud en la semifinal de Masterchef

«Has hecho historia, en 10 años de programa es la primera vez que vemos a una finalista que no quería luchar por la chaquetilla», le decía Jordi Cruz a la concursante

el norte

Martes, 29 de noviembre 2022

TVE emitió este lunes la primera parte de la final de Masterchef Celebrity 7 a la que llegaron María Escoté, Patricia Conde, Lorena Castell y Manu Baqueiro. Los cuatro se jugaron las chaquetillas de duelistas para enfrentarse este mismo martes 29 de noviembre al duelo ... final que elegirá al ganador de la edición.

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Y aunque la primera en clasificarse fue la colaboradora de Zapeando y el segundo el actor de 'Amar es para siempre', la verdadera protagonista del concurso fue la vallisoletana Patricia Conde. Tras ser una de las más aplicadas en las pruebas y con uno de los niveles culinarios más altos del casting, en esta última prueba de exteriores estuvo irreconocible.

La actriz, presentadora y humorista aseguró llegar cansada y con ganas de dormir, para después no esforzarse por cocinar sus platos, bromear con sus compañeros para dejar de trabajar, reírse de los consejos de los jueces, vacilarles y hasta engañarles con su elaboraciones. Ese boicot llegó a tal punto que Jordi Cruz entró a acabar sus platos para poder servir alguno a los comensales y, tras transmitirle su absoluta «decepción», la aspirante argumentó su actitud con palabras que él tampoco entendió.

Las explicaciones de Patricia

Posteriormente, y ya una vez emitido el programa completo, Patricia Conde escribía en su perfil de Instagram: «Un día nos dijeron 'esto es un show, no un programa de cocina'. Ha habido amor, ha habido Guerras, yo siempre he sido partidaria del amor y del humor. Y cuando me gritan o no me tratan bien, no lo sé gestionar. Realmente me bloqueé ante tanta presión, (que ya venía bloqueada desde que echaron a Isa), no solo la del cocinado, sino la de toda la gente que tenemos en frente dando órdenes y sobre todo de lo que dirán de nosotros en redes sociales después. Que ya sabéis algunas terribles consecuencias. Nunca había visto Masterchef y quise investigar desde dentro. Y les estoy eternamente agradecida por la oportunidad de que todos me hayan conocido y ahora sepan que soy actriz y no presentadora por ejemplo (). Lo he dicho muchas veces, soy sensible y vulnerable y mi salvavidas es el sentido del humor. Nos dicen que cocinemos, q peleemos, que hagamos un show divertido, como los que nos ha ofrecido mi querido Xavier. Cada uno vive las experiencias a su manera, no todos somos iguales, a mi me gusta tratar a todos mis compañeros con respeto pase lo que pase, ayudar cuando he podido y en lugar de sacar el estrés gritando o insultando a los demás he preferido reírme de mí misma e inmolarme con un divertido show para quitarle hierro al asunto. Y por los comensales no os preocupéis, no solo les dan lo que cocinamos, en el Ritz había más comida (). Yo no le pedí a nadie llegar a la final. Yo no eche a Isa o a Nico, de hecho me pareció injusto y me hubiera cambiado por cualquiera de los dos, ellos lo saben».

Conde, que fue expulsada durante el programa y posteriormente repescada, quería disculparse de todos por su actitud: «Quiero pedir perdón a mi familia (ellos saben bien que si no duermo no funciono) amigos, al equipo de MasterChef y a todos los que han creído en mí más que yo misma. Pero, sabéis lo que os digo?, que el giro de la película era que Manu se llevara la chaquetilla porque se lo merecía más que nadie y me sobraban los motivos para frenar y dejar que me adelantara. Siento no haber sido más competitiva y ambiciosa, soy así,cómo habéis visto, tímida, algo rebelde, muy sensible y payasita, y sobre todo no puedo con las mentiras y antes de ofender a un compañero o creerme mejor que nadie, prefiero reírme de mí misma y ofrecer el show q tanto me pidieron cuando me echaron. Es tv, no es real», concluye.

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Lorena, primera duelista

La primera prueba de la final fue un clásico del programa: seguir al chef. Los finalistas se encontraron con una última caja misteriosa en la que descubrieron huevos de oro. Con la entrada del chef Oriol Castro entendieron para qué les servía: tuvieron que replicar un plato siguiéndole el ritmo, mientras cocinaba frente a ellos.

Durante las elaboraciones, todos fueron preguntando los pasos y el chef no quiso repetirlos. Incluso los jueces repitieron en varias ocasiones: «No se pregunta, no se pregunta». De forma que Manu fue el primero en perderse, por no poder seguir con tanta celeridad, pero la que peor lo llevó fue Escoté. «Está más perdida que nunca», comentaban Pepe y Jordi, y es que fue tarde en todas las elaboraciones.

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Por su parte, Lorena y Patricia fueron las que mejor llevaron la exigencia. Algo que se reflejó en sus platos: a la colaboradora de Zapeando le alabaron la «estética, lo rico y lo bien ejecutado» de su trabajo, mientras que a la presentadora le aplaudieron lo completo y el mérito del plato aunque le faltó «harmonía».

Manu fue el tercero en presentar su trabajo «rico, con buen sabor pero seco por debajo». Y Escoté no acertó casi en nada por «una salsa espesa, un tartar sin picar y dejar mucho que desear». Por lo que se llevó el cuarto puesto, Conde se convirtió en el tercero, Manu en la segunda y la que se convirtió en la primera duelista y se puso la ansiada chaquetilla fue Lorena Castell.

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Prueba de exteriores

Patricia, María y Manu lucharon por el último pase en el Mandarin Oriental Ritz. Allí, el chef Quique Dacosta les propuso hacer un menú homenaje a 10 cocineras que son auténticas referentes en la gastronomía de nuestro país, de la talla de Elena Arzak, Maca de Castro, Fina Puigdevall y Martina Puigvert, entre otras.

Cada uno de los tres finalistas escogieron dos platos distintos y se pusieron manos a la obra. El que recibió la primera ayuda de un juez fue Manu que tuvo el apoyo de Jordi. Tras los ánimos y algunos consejos, se reencontró. Samantha le pidió a Patricia que le invadiera la actitud de ganadora: «Me impone cocinar aquí, me he atrapado con el lenguado», decía la aspirante con algo de guasa. Sin embargo, la actitud de la presentadora cada vez fue más inexplicable. Tras un paso impecable por el talent, con un nivel culinario de los más altos, en cambio en la final vaciló a los jueces, tiró de humor para contestarles y hasta de ironía. Jordi le transmitió su asombro al verla cocinar de forma tan extraña: «No estás luchando por la chaquetilla. No había visto nunca esto, a alguien con perspectivas de llegar a la final y que no se ponga las pilas». Pero ella continuó con sus burlas y quitándole hierro al concurso: «No estoy luchando, no puedo con tanto estrés, ni el calor, ni la presión... Lo sé, y tengo pena (por dentro) pero solo quiero dormir», decía aguantando la risa.

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«Que te la pique un bicho», respondía a sus compañeros, «qué mal lo paso cuando vienen los profes», ironizaba al marcharse los jueces. Y, por si fuera poco, cuando volvieron Jordi y Samantha, junto al chef, le preguntaron por las elaboraciones hechas y les engañó asegurando que había cocinado cosas que no había hecho: «¿Nos estás tomando el pelo? No tienes casi nada. No solo no te veo derrotada si no que incluso tomándotelo a la ligera. Te has rendido y a mí me has decepcionado. No te reconozco», alucinaba el juez.

«No me digas eso», decía irónica y continuó cocinando boicoteando su candidatura y riéndose de la prueba: «Hoy en Art Attack», decía riéndose ante la cámara. Hasta que Jordi tuvo que entrar a su cocina y acabarle todas las elaboraciones porque no hizo ninguna. Algo inaudito en ella, que había sido una de las mejores aspirantes (si no la mejor).

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Tras el caótico cocinado, los jueces hicieron la valoración siguiente: «Patricia has hecho historia, en 10 años de programa es la primera vez que vemos a una finalista que no quería luchar por la chaquetilla. Has sido una absoluta decepción, te tomabas a pitorreo nuestras palabras. Admitimos el error y Nico e Isabelle habrían aprovechado más la oportunidad», lamentó Jordi.

A lo que Patricia continuó con el argumento anterior: «Tengo mucho sueño, estoy muy cansada, no he parado en estos últimos días y solo quiero dormir. Estaba nerviosa, me he sentido bloqueada y me hacía ilusión la chaquetilla pero sé que ellos se la merecen más y van a luchar más. No sabía de dónde sacar la energía», aseguró con una risa contenida.

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Así, Pepe sentenció: «El mejor entre Manu y María y que se convierte en segundo duelista es Manu». Algo que celebró por todo lo alto, abrazando a sus compañeras y a los jueces.

De esta manera, serán Lorena Castell y Manu Baqueiro quienes se enfrentarán este martes, 29 de noviembre, a diseñar y elaborar un menú completo, compuesto por un entrante, un plato principal y un postre, que demuestre al jurado todo lo que han evolucionado.

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