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El Norte
Miércoles, 12 de junio 2024, 12:11
Sara Carbonero recibió hace cinco años una de las peores noticias de su vida. La periodista, tras acudir a una revisión rutinaria le detectaron un tumor maligno de ovario que obligó a que fuera intervenida con carácter urgente. Ahora, pasado el tiempo y completamente recuperada, la ex de Iker Casillas ha querido hablar de aquellos duros momentos. Sara ha escrito un texto en Instagram desvelando aquella época que vivió junto a sus hijos y que quedarán siempre grabados en su memoria.
La reflexión de Sara Carbonero comienza con lo que hay detrás de los 'selfies' que publica. «Vaya por delante que soy malísima con los 'selfies' en el espejo pero anoche quería probar unas luces nuevas», ha comenzado antes de explicar que «lejos de la frivolidad que pueda parecer, yo cuando me miro al espejo, lo hago para tomar conciencia de mí misma, lo utilizo como herramienta clave para mejorar mi autoestima».
La periodista confiesa que «por causas de la vida, ya he transitado épocas en las que huía de ellos -los espejos- porque no reconocía a la persona que me mostraba el reflejo, llegué incluso a pasar tres o cuatro meses sin mirarme en uno». Y es en ese momento cuando desvela una conversación que tuvo con su hijo mayor «al acabar el sexto y último ciclo de quimioterapia»: «Yo estaba en la cama, sin poder moverme y se tumbó conmigo. Después de mirarme detenidamente, muy raro, soltó: 'Mamá, es que tienes las cejas grises y no pareces tú'».
Por aquel entonces «precisamente por no mirarme, ignoraba que había perdido todo el pelo de las cejas, que son las que enmarcan la mirada y dan personalidad al rostro». Carbonero, sorprendida, «se me ocurrió decirle: '¿Y pestañas? ¿Has visto que me queda una única superviviente? ¡Una! ¡Las más valiente!'». Ante esto, «intentó arrancármela, por supuesto, muerto de risa y empezamos una guerra de almohadas y después, a otra cosa»: «Tengo esa conversación grabada como muchas otras incómodas, en las que gracias a su capacidad de adaptación fue todo menos traumático».
Ahora, con el paso de los años, «cuentan orgullosos a sus amigos cuando mamá tenía el pelo 'como un chico'». «El día que me vieron así por primera vez, les llevé unos puzzles para desviar su atención, como me dijo la psicóloga. Pero no resultó, como dice la canción: No quitaron sus ojos de mí, corriendo incluso alguna tímida lágrima por sus mejillas. Luego, empezamos a buscar fotos de actrices y cantantes monísimas con pelo corto y nos pusimos con el puzzle», explica.
Por último, ha compartido otro momento que nunca olvidará: «Las carcajadas llegaron cuando en ese mismo verano salía en la tele un anuncio de champú que grabé meses antes con mi larga cabellera meneándola para delante y para detrás. El colmo de los colmos. Esto sirvió para que los enanos me imitaran y me animaran: 'Ya pronto volverás a hacerlo, mamá. Y además, ya no tendrás las cejas grises».
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