El Norte
Viernes, 25 de octubre 2024, 18:38
El pasado martes en Delfzijl, ciudad portuaria de los Países Bajos eminentemente industrial y comercial, Máxima de Holanda aparecía para inaugurar una nueva fábrica que produce un componente químico para producir plástico circular de origen vegetal. Allí se presentó, de punta en blanco, con un look que ha sido enormemente criticado por la prensa alemana por considerarlo «improcedente».
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La mujer de Guillermo de Holanda acudió a la inauguración de una fábrica y para la ocasión eligió una vestimenta quizá poco apropiada para la ocasión. Allí, entre el ruido de maquinaria, la grasa y los monos de los obreros, apareció la reina de Países Bajos con un vestido azul que más bien parecía diseñado para una pasarela o una cena exclusiva.
La prensa alemana ha cargado sin piedad contra ella por elegir un vestido de alta costura diseñado por Oscar de la Renta. Por ejemplo, el medio alemán 'Bunte' señala que Máxima de Holanda «probablemente pensó que una fábrica y trabajadores en monos eran el escenario perfecto» para lucir un vestido de fiesta.
Además, el mismo medio señala que el outfit de Máxima de Holanda fue «inusual por el entorno e incluso traspasó los «límites impuestos» a la hora de escoger el vestido para este evento. Porque, según señala la publicación, la monarca tiene marcados unos escalafones según el tipo de acto al que acude. Para sus citas oficiales, según se apunta, suele decantarse por la marca de precio medio Natan y, sin embargo, para eventos fuera de agenda sí que apuesta por el lujo.
Por ejemplo, hace unos días salió a la luz un encuentro privado que había tenido con los príncipes Pablo y Marie Chantal de Grecia en uno de los clubes más exclusivos de Londres, el Oswalds, uno de los favoritos para el Rey Juan Carlos cuando visita la capital inglesa y también el sitio donde Victoria Beckham celebró recientemente su 50º cumpleaños. Para la ocasión, Máxima de Holanda se decantó por un conjunto de tweed también de Oscar de la Renta. Sin embargo, 'Bunte' señala que el elegido este martes «no es el más adecuado para inaugurar una fábrica de trabajo».
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En el caso de Máxima de Holanda, los medios apuntan a una tendencia que se acusa con el paso de tiempo de llamar la atención o querer destacar por su extrema elegancia, lo que a veces le lleva a traspasar los límites. Ella una gran amante de los sombreros opulentos y las joyas supersize, accesorios que lleva ya casi con cualquier estilismo. Ahora los medios comienzan a hablar de «exceso» en sus outfits.
Para la fábrica de químicos eligió un sombrero nada pequeño a juego con el vestido, en azul noche, y con ala ancha. El estilismo contrastaba con el azul, menos delicado, de los obreros con los que se fotografió y paseó a lo largo de toda la visita.
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