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Shakira y Piqué están últimando sus vacaciones junto a sus hijos, Milan y Sasha, y se han desplazado hasta Cantabria para disfrutar de su cultura y, sobre todo, de sus playas, donde se les ha visto practicando surf en familia.
Pero lo que parecía ... una jornada tranquila se convirtió en un mal trago sobre todo para el fotógrafo que en esos momentos se encontraba en el lugar tomando imágenes del momento.
Tal y como relatan desde El Diario Montañés, el futbolista y la cantante colombiana, «acompañados por un numeroso séquito», alquilaron durante unos días una casa situada junto a la playa de Oyambre, «un lugar perfecto para relajarse en familia, tranquilo y a solo unos pasos del mar» y lugar vacacional de cientos de vallisoletanos y palentinos.
Fue concretamente cuando estaban disfrutando de las olas cuando el fotógrafo colaborador del citado medio les tomó unas instantáneas.
Según cuenta El Diario Montañés, Javier Rosendo, que así se llama el fotógrafo, «se las tuvo que ver con los guardaespaldas y acompañantes, que le arrebataron la cámara, borraron mal las imágenes y acabaron dando explicaciones de su comportamiento ante la Guardia Civil». «El jugador barcelonista mostró su cara menos amable ante el fotógrafo colaborador de El Diario Montañés», explican.
Al ver que el fotógrafo se acercaba a la playa «empezaron a decirme que de qué vas, que qué haces, que borres las fotos...», recuerda Rosendo.
«Sus acompañantes, me rodearon y yo no opuse resistencia cuando me quitaron la cámara; mantuve las formas en todo momento. Con ellos había un fotógrafo que les había estado sacando fotos en el agua, y fue el que empezó a enredar con la cámara. Les dijo a los otros que miraran en Google dónde llevaba la tarjeta de memoria para borrarla. Yo les pedí que no lo hicieran, porque tenía guardados otros trabajos, como fotos personales y de una boda, y mientras tanto los demás no paraban de gritar '¡borra! ¡borra!', y le decían que me tirase la cámara al mar. Entonces aproveché para llamar a la Guardia Civil: les dije que me estaban acorralando, que me habían cogido el equipo y estaban borrándome el trabajo», ha denunciado el fotógrafo. Eso es lo que creyeron que habían logrado antes de devolverle a Javier Rosendo. Finalmente se fueron.
Cinco minutos después llegaban los agentes de la Guardia Civil, el fotógrafo les explicó lo sucedido y fueron a la vivienda a identificar a quienes tuvieron parte en la bronca.
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