Noche de indignación de los concursantes de 'MasterChef 11' con los jueces

Pero lo que fue una noche afortunada para David, no lo fue tanto para el resto de sus compañeros, en lo que respecta a la primera prueba. En ella, el jurado pedía que elaboraran un plato de aprovechamiento. Pero al ver el resultado, Jordi, Pepe y Samantha se negaron a probar algunos y los mandaron directos a eliminación. Una actitud que no gustó a los participantes.

El concurso comenzaba con la presencia del panadero Jordi Morera que les mostraba una vitrina llena de panes de todo el mundo, que después los concursantes tuvieron que diferenciar.

A continuación, el jurado les exigió un plato de cocina de aprovechamiento que reflejara sus raíces utilizando tres sencillos ingredientes: el pan, la cebolla y la patata, además de restos de otros ingredientes que encontraron en el supermercado. Pero ante una actitud poco profesional de los concursantes, los jueces solo decidieron probar los platos que tenían mejor pinta.

Los seleccionados fueron la «correcta» tortilla de patatas de Ana, los ibéricos «con gracia» de Camino, el conejo asado «rico» de Jorge Juan, las patatas «sosainas» de Luca, las sopas de cebollas «incomibles» de Laura y Sergio, «la porquería» de pescado con patatas de Leti y las tostas «sin sentido» de Jotha, la fondue «con problemas de temperatura» de Francesc y «la mermelada de conejo fatal» de David, el plato de Marta también decepcionó y las sardinas marinadas de «maravilla» de Álex.

En cambio, los mejores platos fueron los elaborados por Álex, Jorge Juan y Camino y el resto de concursantes fueron directos a la prueba de eliminación.

Jotha, Luca, Laura, Francesc, Merce, Ana, Marta, David y Eneko entraron a la prueba de eliminación vestidos con los delantales negros, donde tuvieron que lidiar entre el fuego y la nieve con una tarta Alaska, un postre que se puso de moda en todas las fiestas de los años 70 y para cuya elaboración solamente disponían de 75 minutos y sin receta.

«Lo más complicado es conjugar las temperaturas bien», advertía Jordi antes del inicio. Y así, corrieron todos a ponerse manos a la obra. Solo empezar, Laura la «lió» tirando los huevos y quedándose sin merengue. También Luca se desesperaba con la nevera y no dejaba de ir y venir por la cocina, hasta que Ana recriminó que se llevó sus helados.

Durante la carta, Luca convenció a los jueces con su «helado robado», Marta hizo una tarta «sosa», Jotha logró un «parecido razonable» con la original, Leti disgustó con la presentación, Francesc asombró con el corte de su tarta, Laura entregó un cocinado «raro», Sergio se llevaba la mejor valoración por un helado «que te cagas», Ana logró «buenas proporciones» y David «no hizo una tarta Alaska».

Tras las presentaciones, los jueces concluyeron: «El aspirante que no continúa en las cocinas es David». En ese momento, el joven se echaba a llorar por haber vivido una experiencia tan corta: «Venía con mucha ilusión, a cumplir un sueño y he durado muy poco». Y al escucharle, los jueces le daban otra oportunidad contra dos aspirantes que se quedaron a las puertas, como él. Izarbe, que había dejado su trabajo para ir al talent, y Manuela.

En este último reto les pidieron reproducir una tarta al whisky en 60 minutos. Izarbe fue un desastre, Manuela demostró sus escasos conocimientos y David volvió a ilusionar a los jueces con una elaboración para «estar orgulloso», lo que le dio la tercera oportunidad al joven.