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Lottie ha posado para portadas de revistas influyentes como ‘Dazed and Confused’ y ‘Vogue’.
Moss contra Moss

Moss contra Moss

Delgada y pálida como su hermana, Lottie se postula como heredera de la gran Kate con su inocencia intrigante

LUIS GÓMEZ

Domingo, 7 de febrero 2016, 17:47

A veces basta mirar al lado para elegir al sucesor. Es lo que ha hecho la reina de las pasarelas, Kate Moss, con Lottie Moss, su particular princesa y hermana menor por parte de padre. Gracias a sus 165 centímetros y una mirada entre tierna y angelical, Lottie (Londres, 1998) intenta acabar con la dictadura de la gran Moss. Apunta maneras y las marcas empiezan a rifársela. Era cuestión de tiempo que le dieran una oportunidad. Este diamante en bruto se exhibió la pasada primavera en la Semana de la Moda de París. Bastó que la veterana diseñadora Sonia Rykiel la sacara a desfilar y que todo el mundo empezara a hablar de ella. Ahora se codea con la joven aristocracia de las pasarelas y de los front-row, un escogido grupúsculo al que pertenecen también las hermanas Jagger -Georgia May y Elizabeth- o Corentin y Ophélie Guillermand. Todo queda en casa con esta camada tan fraterna. Todas van abriéndose paso poco a poco y aspiran a desbancar a la vieja clase comandada por las famosas y millonarias Cara Delevingne, Adriana Lima, Miranda Kerr, Alessandra Ambrosio y compañía.

En esta frenética carrera en la que están embarcadas, Lottie parece sacarles de momento ventaja. Ha protagonizado uno de los estrenos más espectaculares. Posiblemente, muchos creerán, no sin razón, que se aprovecha de su apellido, ya que ninguna desconocida con su altura, muy por debajo de la exigida en la industria, habría superado el primer casting. Sin embargo, la moda es inmisericorde e implacable. Las pocas oportunidades que ofrece están para aprovecharlas. De momento, Lottie cumple. Habrá que ver si finalmente alcanza el cénit.

Paradójicamente, la primera campaña publicitaria de renombre le llegó de la mano de Calvin Klein, marca con la que Kate se dio a conocer en los noventa a nivel mundial y por la que sufrió una crisis nerviosa que la mantuvo dos semanas en cama tras protagonizar su primer semidesnudo público. Casi 30 años después, la saga continúa. Lottie fue descubierta a los 13 años cuando hizo de dama de honor en la boda de su hermana, 24 años mayor, con el guitarrista Jamie Hince. En aquel grupo también figuraba una hija del actor Jude Low, que, para no ser menos, también ha realizado sus pinitos como modelo. Lottie acaparó todas las miradas. Los expertos sostienen que posee la esencia Moss, una cualidad que, a simple vista, tampoco es que llame demasiado la atención. Sin llegar a ser dos gotas de agua, guardan un parecido bastante razonable. Es extremadamente delgada y luce la misma palidez que su icónica hermana. Jamás un aspecto tan enfermizo obtuvo unos rendimientos económicos tan saludables.

Tres años después del famoso enlace matrimonial de Kate, que acabó en separación, Sarah Doukas, la propietaria de la agencia de modelos Storm Model Management, aún seguía dándole vueltas a aquel rostro aniñado. Si a Kate la descubrió en 1988 en el aeropuerto neoyorquino de Kennedy mientras esperaba un vuelo de regreso a Londres, con Lottie lo tuvo bastante más complicado, ya que tuvo que vencer la resistencia de sus padres, que condicionaron su flirteo con la industria de la moda a que no dejara colgados sus estudios.

Mini-Moss

Tras obtener su visto bueno, se puso manos a la obra con la idea de convertirla en la nueva Moss. Lo primero que hizo fue auparla a las portadas de revistas influyentes como Dazed and Confused y Vogue. Después, Lottie fue elegida para promocionar la colección que la firma de venta online MyTheresa lanzó con modelos que su hermana pupularizó en los 90 en festivales musicales como el de Glastonbury o a la salida de cualquier discoteca a altas horas de la madrugada. Las maneras de mini Moss, como han bautizado a esta muchacha, convencieron a la industria hasta el punto de no fueron pocos los editorialistas que se rindieron a sus encantos. «Algunos talentos perviven en algunas familias. Las dinastías de actores, músicos y políticos nos fascinan. Pero una belleza extraordinaria pocas veces sobrevive al salto generacional. Puede que la familia Moss lo haya superado», dijeron.

La irrupción de Lottie, que ya ha compartido alguna superfiesta con su divertida hermana, se repite prácticamente con los mismos protagonistas. Si Kate se convirtió en la antimusa de las grandes firmas con un estilo que se alejaba de la voluptuosidad de las modelos de su época, Lottie engancha con su rostro aniñado y, en un cómplice y nostálgico guiño al pasado, ha protagonizado algunas campañas, también en blanco y negro, con el objetivo de Michael Avedon. «Lottie representa la autenticidad. Tiene una inocencia intrigante y una belleza absoluta. Fue maravilloso fotografiar a esta bella señorita», explica. Esas instantáneas le han servido para ganarse la confianza de Valentino, firma para la que ha protagonizado una colección inspirada en el personaje de Blancanieves dando vida a una princesa rebelde y moderna. Kate no tiene dudas de que Lottie será quien le tome el relevo en las pasarelas.

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