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Que vienen curvas

Cientos de chicas hermosas participan en el primer concurso nacional de modelos XL que se organiza en España. Visten más de una talla 42 y tienen un lema: ‘complejos fuera’. «No estamos gordas, estamos estupendas»

INÉS GALLASTEGUI

Domingo, 27 de diciembre 2015, 18:23

Casting de modelos. El fotógrafo ajusta los focos y prepara su cámara. El set está listo. Entre bambalinas, las chicas dan los últimos toques a su maquillaje. Reinan los nervios. Seguro que más de uno, al leer la palabra modelo, ya tiene la imagen en la cabeza: piernas como alambres que parecen alargadas con Photoshop, pómulos salientes, hombros puntiagudos, torsos estrechos Pues en este casting no hay nada de eso. Aquí abundan los pechos generosos, las caderas rotundas y las mejillas redondas como manzanas. Ninguna encaja en el clásico 90-60-90. Añadan 30 o 40 centímetros más y se acercarán: son las modelos XL, curvies o de talla grande.

El concurso Modelos XL acaba de recalar en San Sebastián, pero antes estuvo en Madrid, Barcelona, Sevilla, Granada, Valencia y Zaragoza. A partir de enero seguirá viajando por distintas ciudades españolas. «Queríamos hacer un reportaje de street style (lo que se lleva en la calle) y detectamos que el sector curvy estaba en alza. Empezamos a publicar las fotos en nuestra página y las chicas nos preguntaban: ¿Cuándo es el casting?. Así que decidimos hacer uno: es la primera vez que se hace un concurso para modelos de talla grande a nivel nacional», señala Pep Martí, responsable de comunicación del proyecto. El premio aún no se ha establecido -probablemente, será un contrato con una de las marcas especializadas que hay en España-, pero la iniciativa ha sido todo un éxito: una media de 70 mujeres se ha presentado a cada cita y la página web de la organización (www.modelosxl.com) supera las 150.000 visitas mensuales. En cada lugar se seleccionan 30 o 31 aspirantes -una por día del mes- y, de ellas, el público elige una por votación popular y el equipo promotor de la iniciativa, otra, así que a la gala final, en verano, llegarán 24 modelos.

El único requisito es vestir una 42 o más: ese es el límite a partir del cual la mayoría de las franquicias de ropa expulsan a las mujeres al purgatorio de las tallas especiales -una moda distinta, más seria y mayor-, a pesar de que cualquier chica más alta que la media o con algunas redondeces supera esa frontera, sin que necesariamente padezca sobrepeso. «Yo no me considero gorda. Me veo estupenda», presume Marta Fernández, una guapa madrileña de 26 años que trabaja como imagen de la marca Carisal y fue seleccionada en julio por el equipo del concurso. Le encantaría dedicarse en exclusiva a su carrera de modelo, «pero en España no se puede vivir de esto». Su participación en catálogos, anuncios y algún desfile, a unos 30 euros la hora, le da para algún capricho. Y defiende que solo los kilos de más no te convierten en una maniquí plus size: «Hace falta actitud y experiencia ante la cámara, saber arreglarse, posar... igual que para ser modelo normal».

«Cuando voy a Zara, no entro en la talla XL»

Marta se queja de que la mujer española real -«no nos engañemos, caderona y con pecho»- no está en las pasarelas... pero tampoco en la mente de los fabricantes; por un lado, el tallaje no está unificado -el mismo número quiere decir cosas muy distintas según las marcas y las tiendas- y, por otro, se etiqueta como grandes (L) o muy grandes (XL) a mujeres que, en realidad, son de lo más normal. «El tallaje debería reflejar la diversidad de la población», defiende la joven, que recuerda que su cuerpo no cabe en los vaqueros de las tiendas de ropa juvenil.

Alazne Martínez, una de las participantes del casting de San Sebastián -que todavía no tiene finalistas-, se ha tomado el concurso por su lado reivindicativo. Esta eibarresa residente en Zumaia se lamenta de estar, con su talla 42-44, en una especie de «limbo» de la ropa. «No soy ni gorda ni delgada. Pero como muchas de mis amigas. Y cuando voy a Zara, no entro en la talla XL. A veces me he comprado sudaderas de chico porque las de chica no me entraban», protesta.

Ester Fernández, elegida en Valencia en septiembre, lo corrobora. «A veces te vas de las tiendas desmoralizada -asegura-. Este año he tenido dos bodas y no encontraba un vestido. Se me hizo muy cuesta arriba. Al final me lo compré en Violeta, la marca de tallas grandes de Mango. En cambio, el año pasado estuve en Nueva York y no tuve ningún problema».

Entusiasta de la moda, sigue a varias modelos grandes en las redes sociales. «Me gusta mucho este mundillo y me compro muchas revistas, pero todas las chicas que salen son delgadas: no son chicas que puedes ver por la calle. Este concurso es un llamamiento por la diversidad de tallas -asegura-. Hace muchos años pasé una época muy mala por verme gordita. Ahora sé que me sobran kilos pero soy muy feliz como estoy».

«No a todos los hombres les gustan las mujeres delgadas»

La granadina Ana Alaminos, seleccionada en agosto en el casting de Sevilla por votación popular, también admite que en las tiendas normales solo puede aspirar a probarse zapatos o complementos. Por suerte, ella nunca ha tenido complejos. «Soy consciente de que estoy gordita, pero me llevo muy bien con mi cuerpo. ¿Podría estar más delgada? Sí, pero supondría sacrificarme en muchas cosas que no me apetecen. No quiero cambiar. Para mí la comida es un placer; salir con mis amigas y tomarme unas tapas es un placer. Hago deporte y me cuido. Hay que estar sana, pero sobre todo hay que estar feliz -dice Ana, convencida de que el atractivo reside en estar a gusto con una misma-. Como dice mi madre, todo el mundo tiene su público». A ella, por ejemplo, ser gordita no le ha supuesto ningún impedimento para tener pareja: no a todos los hombres les gustan las delgadas. «A mi marido, por ejemplo. No hay más que verme», bromea la profesora.

Sandra García rozó el cielo cuando se convirtió en la chica de octubre en el casting de La Coruña. «Ser modelo es mi sueño de siempre -confiesa la joven de Arteixo, estudiante de Arquitectura Técnica-. Yo siempre dije que tenía un cuerpo de modelo, pero a una mayor escala: tengo la talla 46 pero soy proporcionada, con la cintura más estrecha y las caderas más anchas».

Amante de la ropa, critica la política de los fabricantes. «Las franquicias de moda económica solo llegan hasta cierta talla. Las tallas especiales, por ejemplo, las de El Corte Inglés, no son para todos los bolsillos. Y además, suelen ser muy de señorona», lamenta.

La joven gallega admite que toda su vida ha estado peleada con la báscula... y sigue a dieta. «Siempre he estado bastante acomplejada con mi cuepo, pero poco a poco voy queriéndome más y aceptándome como soy -confiesa Sandra que, sin embargo, nunca ha sido víctima de burlas por culpa de sus kilos de más-. He estado rodeada de muy buena gente».

Reinas por un día

Para ella, el casting de Modelos XL fue un masaje en la autoestima. «La verdad es que me encantó. Te hacen sentir tan bien, tan única, importante y guapísima Te crees que te vas a comer el mundo. Debería ser obligatorio para todas las chicas ponerse delante de una cámara».

Exactamente la misma sensación que describe la guipuzcoana Alazne: «Toda mujer, en un momento de su vida, debería hacerse una sesión de fotos. No solo por las fotos, sino por todo lo que conlleva ese día: peinarse, maquillarse, vestirse... es como el día de tu boda. Es magia. ¡Sentirte guapa es tan importante...! Y da igual que talla uses. Somos reinas por un día».

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