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María Eugenia Alonso
Lunes, 16 de marzo 2015, 16:21
La extrema delgadez sobre la pasarela, y su vinculación a trastornos alimenticios como la bulimia o la anorexia, acompaña a la industria de la moda desde los tiempos en los que el 'heroin chic' de Kate Moss relegaba a un segundo plano a las curvas de Naomi Campbell como exigente y, en ocasiones, peligroso canon estético. Diversos estudios han puesto en evidencia el impacto negativo que la rígida pasarela tiene sobre las adolescentes: tan sólo en Francia entre 30.000 y 40.000 personas padecen anorexia, de las cuales el 90% son chicas jóvenes.
Ante la cruda realidad de estas cifras el grupo socialista galo acaba de presentar sendas enmiendas a la nueva ley de Salud que el Gobierno de Hollande aspira a aprobar en los próximos días. De recibir el respaldo del Parlamento, las modelos que desfilen en el país tendrán que presentar un certificado médico que precise su Índice de Masa Corporal (IMC) antes de subirse a la pasarela. Las que no superen el mínimo fijado por las autoridades médicas, deberán renunciar a desfilar. "Un IMC de menos del 16 indica un estado de hambruna, y uno inferior al 17 demuestra una verdadera desnutrición", advirtió el diputado socialista Olivier Véran, autoproclamado portavoz de esta iniciativa, que ya se ha grajeado el apoyo de la titular de Sanidad, Marisol Touraine. "Indicar que cuando se es maniquí hay que alimentarse y cuidar la salud es un mensaje importante hacia las chicas jóvenes, defendió la ministra. Si las agencias para las que trabajan no respetan esa norma sus responsables podrán ser condenados a penas de cárcel de hasta seis meses, y multas de hasta 75.000 euros.
No es la primera voz que Francia levanta la voz ante este problema. En 2008, la que fuera ministra de Sanidad entonces, Roselyne Bachelot, estableció una 'carta de buenas prácticas', que no ha dado resultados por no incluir medidas precisas obligatorias a diferencia de lo hecho en España e Italia. Hace años que Mercedes Benz Fashion Week Madrid analiza el IMC de las modelos participantes y rechaza aquellas que no lleguen al 18 exigido. Medio punto por debajo de quienes desfilan en la Semana de la Moda de Londres, mínimo que también exigen en Roma y en Milán, donde rechazan a las menores de 16 años. Estados Unidos, que ha cambiado radicalmente el servicio de catering del backstage, no ha recurrido al índice, sino a grupos educativos para orientar a los diseñadores, agentes de modelos y responsables de casting cómo detectar indicios de trastornos alimenticios.
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