El ministro de Defensa británico ve peligrar su cargo

Con un carácter afable, el pasado viernes confesó en una entrevista que mantuvo una aventura extramarital con una compañera de trabajo, que también estaba casada, en 2004. En aquel año ejercía como director de la empresa de chimeneas Elgin & Hall, en Yorkshire. «Fue un error tremendo, pero mi esposa ya me perdonó», relató. El político se escuda en que fueron solo «un par de besos».

Ese corto romance coincidió en el tiempo con el nacimiento de su primer hijo con su mujer Joanne con la que lleva una década. «Mi familia significa todo para mí y este desliz estuvo a punto de romper dos matrimonios. Tener que explicarle a Joanne lo que sucedió fue una de las conversaciones más difíciles de mi vida».

A pesar de que este episodio parecía que había caído en el olvido, otro compañero ha declarado a 'Daily Mail' que Williamson la bombardeaba con ramos de flores. «Era muy ambicioso, muy activo. Fue contratado cuando tenía 28 años. Le encantaban las mujeres y regularmente les enviaba flores. Llevaba un gran Jaguar que les dejaba conducir a otros mientras él se sentaba en el asiento del copiloto para hablar del partido Tory».

El caso es que este asunto está desatando una gran polémica en el Reino Unido. De hecho, la primera ministra Theresa May no quiere conductas sexuales inapropiadas en su gabinete. Así, su número dos, Damian Green, dimitió el pasado diciembre después de que una investigación concluyera que mintió sobre el material pornográfico hallado por la policía en su ordenador en 2008. También se le investiga por alegaciones de acoso sexual denunciadas por la periodista Late Maltby en 2015.

Ahora, el círculo íntimo del actual ministro de Defensa acusa a sus rivales políticos de difundir estas acusaciones para acabar con su liderazgo en el partido. Éstos quieren investigarlo a fondo. «Michael perdió su carrera por poner una mano sobre una rodilla, entonces Gavin debería estar diciendo la verdad sobre lo que sucedió».