el norte
Martes, 21 de junio 2022, 20:28
Masterchef 10 ya se ha quedado con solo 7 aspirantes tras la expulsión de Luismi, uno de los protagonistas de la edición que había destacado, más que por su talento culinario, por su singular personalidad. Su marcha fue entre sonrisas y lágrimas, por los buenos ... momentos vividos.
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Esto sucedía en una entrega en la que todos se enfrentaron a un primer reto maloliente, con algunos de los alimentos que peor huelen del mundo. Una prueba de exteriores sin capitanes y una eliminación con algunos de los chefs más reputados en las cocinas.
«Huele raro, huele fatal», decían los aspirantes solo entrar al primer reto de la noche. Tenían que elaborar, en 75 minutos, un delicioso y aromático plato de vanguardia con los alimentos que peor huelen del mundo y que, sin embargo, son considerados verdaderas delicatessen en su país: queso de cabrales, salsa de pescado, asafetida, medusa en salazón, pasta de arenque, huevos de pato en conserva, entre otros.
En el momento de la cata, Adrián entregó un plato con queso de cabrales que no convenció por ser «demasiado elemental»; Claudia, una sopa de coco rica pero con una «mala utilización de los huevos milenarios»; María Lo cocinó con ajo encurtido un plató «muy bien ejecutado»; Luismi elaboró una pasta con arenques fermentados con buena intención pero «horroroso» y con mal sabor; Por su parte, David hizo una salsa de pescado «rica e inteligente»; Patricia una merluza con polvos del demonio que, sin embargo, no disgustó al jurado; Verónica entregó un tiradito de salmonete «estéticamente bonito pero que no decía nada» y Jokin cerró con una sopa con medusa de salazón «incomible» por el caldo. Ante todos estos resultados,
los jueces señalaron a Adrián, Luismi y Jokin como los peores aspirantes y a María Lo, David y Patricia como los mejores.
En la pruena de exteriores, los aspirantes y el equipo del talent se desplazaron hasta las murallas de Ciudad Rodrigo, donde los aspirantes tenían que preparar un menú de vanguardia en 180 minutos,con el jamón de Guijuelo, la papada ibérica y las judías de El Barco, para 60 vecinos de la zona. En esta ocasión, no hubo capitanes en ninguno de los bandos. María Lo, Patricia, David y Jokin se vistieron de rojo y Luismi, Adrián, Vero y Claudia se pusieron el delantal azul. Pero lejos de limitarse a cocinar, todos ellos compartieron confidencias sobre su pasado: Luismi habló de lo «muerto en vida» que estuvo cuando la pareja con la que estuvo 15 años le dejó, Jokin lamentó que «la noche y el juego» le confundieran y dejara el fútbol, así como Claudia recordó, entre lágrimas, el accidente de su madre.
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Durante el cocinado, los que menos se entendieron fueron los azules. A Luismi no le salían las patatas suflé, de modo que amenazó con marcharse: «Mis compañeros me menosprecian», lamentaba el bombero. Finalmente le propusieron hacer unas simples patatas fritas que tampoco logró.
Mientras los rojos sí llevaban el ritmo deseado, tanto que Jokin aprovechó para decirle a Jordi Cruz que le encantaría trabajar con él: «Pues vente cuando quieras, a mí la gente luchadora me emociona», respondió el catalán.
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En la valoración, los rojos aseguraron que el cocinado había salido muy bien, pero los azules criticaron una «lucha de egos» entre ellos. Luismi señaló que Adrián le ninguneó constantemente, se enzarzaron y Pepe interrumpió: «Si alguien te ha boicoteado hoy has sido tú, no le eches la bronca a tus compañeros», zanjó. Claudia, Adrián y Vero se llevaron elogios por parte del juez.
Los ganadores de la prueba fueron María Lo, Patricia, David y Jokin, mientras que a Luismi, Adrián, Vero y Claudia les tocó ir a eliminación.
Ya de vuelta a las cocinas, Luismi, Adrián, Vero y Claudia reaparecieron vestidos con los delantales. Allí tuvieron que reproducir uno de los platos firmados por Martín Berasategui, Dani García, Iván Cerdeño y Rafa Zafra pero siguiendo las instrucciones dadas por los delantales blancos: María Lo ayudó a Claudia, Patricia echó un cable a Luismi, Jokin hizo lo propio con Adrián y David hizo lo que quiso con Verónica.
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Todos les dijeron los ingredientes que debían coger pero después pudieron ayudarles más o menos. Y antes de empezar, Vero rompió a llorar porque sabía que David no quería ayudarle: «No disfruto de esta competición así de sucia», lamentó. Aún así, David le ayudó más de lo que ella esperaba, aunque sí le hizo hacer algunas elaboraciones que no valieron para nada.
Al acabar el tiempo de cocinado, empezó la cata, pero antes Verónica decidió si se quedaba o no con el pin: «Me lo quedo, si me voy con él haré historia en el programa». Luismi fue el primero en entregar su elaboración, tras la bronca de Jordi por dejar una batidora enchufada en el agua, «totalmente diferente al original»; le siguió Adrián con una reproducción «muy parecida y sin casi defectos»; Verónica presentó lo que pudo. Los jueces se quejaron de que sufriera tanto y fuera tan cabezota, «me da pena que no disfrutes por querer ser la más perfecta del mundo»; acabó Claudia con un plato rico pero sin ser el original.
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Pepe sentenció: «El aspirante que no continúa en las cocinas es Luismi». Él se lo tomó con una sonrisa, abrazó a su compañera y la dejó marchar corriendo.
«Ha sido un plato muy difícil, siempre lo doy todo y me quiero ir riendo porque quiero que me recordéis así. Me llevo amigos y gracias por la oportunidad que me habéis dado», agradeció. Mientras los jueces aseguraban lo siguiente: «Nos partes por la mitad a todos, desgraciado» y Pepe se encargó de quitarle el delantal igual que se lo pus
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