Manuel Díaz 'El Cordobés', más cerca que nunca de su padre

Troconis reconoce a 'ABC' que a ella le gustaba mucho cocinar y lo demostró en 'Masterchef Celebrity', junto a su marido, y después hizo otra inmersión gastronómica en 'Como Sapiens', con Miguel Ángel Silvestre. «A mí me dijo Virginia, ¡Comida, vamos a llevarnos bien! ¡La comida es tu aliada! Y cualquiera no la obedece. Le hice caso a todo, seguí sus órdenes y mírame como estoy ¡me he quedado como un flamenquín!», reconoce el torero.

La pareja asistió en Marbella al aniversario de Tacha en el hotel Don Pepe Gran Meliá porque a la pareja le gusta cuidarse: «Yo me cuido mucho, pero este señor también», dice Virginia señalando a Manuel, que apostilla irónico: «Pero yo no necesito mucho por la genética. Uno tiene que estar a la altura de la mujer que tiene al lado, ja ja y la mía es mucho. El hombre tiene la edad de la mujer con la que duerme».

Virginia Troconis apunta que la filosofía de su libro versa sobre la libertad alimenticia: «Se puede disfrutar de la comida manteniendo la línea. La comida está para disfrutarla. Nadie quiere pasarse la vida contando calorías, porque la obsesión por la buena alimentación puede ser casi tan dañina como una alimentación deficiente».

La pareja pasa unos días en Marbella, y nos cuenta Manuel que ha terminado ya la temporada, y que ahora descansa unos días antes de ponerse a entrenar en el campo: «Mi mujer es la que siempre está pendiente de mí para que me cuide. Ella lo hace a diario, incluso estando de vacaciones no baja la guardia». Virginia que también ha adelgazado notablemente, explica a este medio que «la magia no existe. Se llama disciplina y poner una sonrisa en tu boca a todo lo que haces. Me gusta mucho hacer spinning. Pero también me gusta salir a correr y andar por estas playas tan maravillosas, que tengo aquí al lado de casa».

A Virginia le gusta disfrutar de su familia y amigos valorando las pequeñas cosas. Nos habla de estar viviendo un momento «sabroso», esperando ver la acogida que tiene su flamante libro entre el público: «Son ilusiones que te da la vida. Cumples años y vas disfrutando de otras cosas, vas madurando, aprendiendo y he encontrado ese balance entre la alimentación, el deporte, disfrutar de mis hijos que ya también tienen otra edad. Ahora mi hijo ha cumplido 18 años y abandona el nido. Así tengo más tiempo para mí, para enriquecerme como persona, ahora leo mucho y disfruto a tope de mi pareja». Manuel y Virginia son muy cómplices: «Estamos muy sincronizados los dos y lo pasamos genial juntos. Nos conocemos muy bien, para mí lo mejor de Manuel es su bondad y su humildad, y sus demonios pasan porque es un poco orgulloso, eh, sí, sí, sí es verdad».

La pareja vive en Sevilla habitualmente. Pero cada vez pasan más tiempo en Marbella: «Es nuestra segunda residencia. Virginia está aquí todo el verano y yo voy y vengo». Preguntado por si la gente sigue yendo a los toros tanto como antes y sobre la influencia del lobby animalista: «Mira la situación del ocio ha cambiado también con la crisis en el tema de espectáculos. El toro sigue teniendo su gente. San Isidro ha sido un éxito, Pamplona también. No podemos hablar de crisis». Manuel también explica que sus niños «respetan el toreo. No van a la plaza de toros porque la nueva sociedad tienen más donde elegir. Cuando estoy en el campo me ven y ellos saben que el toreo es parte de mi vida. Yo prefiero que no vengan a la plaza, porque si tengo algún percance están viendo a su padre delante de un toro».

Manuel confiesa que él nunca ha podido ver una corrida de su padre, el legendario torero 'El Cordobés': «No no me tocó nunca. No tuve la ocasión. Cuando mi padre estaba en activo yo era muy chico y mi madre no me llevaba a una plaza de toros. Le he visto en la tele, pero nunca en una plaza».

El matador cuenta que se siente actualmente más cerca de su padre y recalca el amor que le tiene: «Si tuviera que ser ejemplo: persistir, luchar y no utilizar a un hijo como un arma, no pedimos nacer, un hijo es parte de nuestra vida que va a quedar en la tierra, una gran alegría». Manuel ironiza diciendo que ya se visualiza a sí mismo como abuelo: «Voy a ser un abuelo muy guay. Quiero que vengan ya mismo y no ser mayor para disfrutarlos. Que vengan cinco nietos».