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el norte
Martes, 21 de junio 2022, 19:55
La polémica de Kim Kardashian y el vestido de Marilyn Monroe ha dado mucho de que hablar en el último mes. La aparición de la empresaria con este histórico vestido durante apenas un par de minutos ha servido para debatir y generar noticias desde que ... esto ocurrió el pasado 2 de mayo de 2022. Pero si fue polémico que la celebrity usara el vestido, los supuestos daños encontrados en el vestido a posteriori de la gala han vuelto a poner el tema en boca de todos. Pero, ahora en realidad, el problema no resulto ser que la empresaria lo dañara, sino que esos daños ya estaban ahí antes.
Así lo ha explicado el propio museo dueño del famoso vestido, el Ripley's Believe It or Not! Museum de Orlando, en un post de Instagram respondido a diferentes cuestiones que se han hecho en torno a la pieza y las condiciones por las cuales se sacó de allí para ser vestido en la Met Gala. Y es que según el museo, esos daños en el vestido estaban ahí desde, al menos, la última vez que fueron registrados en un informe en 2017.
Según este, constaba por aquel entonces que «varias costuras están estiradas y desgastadas» y que «esto no es sorprendente dada la delicadeza del material con el que está confeccionado» habiendo «arrugas en los enganches posteriores y en los ojales», y añaden: «El hecho de que Kim Kardashian se pusiese el vestido ha sido algo muy discutido, pero ella no lo ha dañado durante el corto período de tiempo que lo llevó durante la MET Gala». Desde el museo aseguran que eran más que conscientes del riesgo que suponía volver a vestirlo.
«No se puede negar la fragilidad del vestido y había un riesgo calculado que podría ocurrir al usarlo. Ripley ha estado coleccionando recuerdos notables de la cultura pop, artículos históricos y objetos increíbles durante más de 100 años. Nuestra misión es entretener y educar creando conversaciones como la discusión en torno a este vestido precisamente para esto. No importa en el que lado del debate estés, con ello no se ha negado lo histórico del vestido, sino que más bien se ha resaltado», aseguran así dándose por satisfechos por haber mostrado esta pieza historia a unas nuevas generaciones que, sin duda, lo han conocido a través de Kim Kardashian.
«Ripley's Believe It or Not! Museum es una compañía privada y el vestido fue comprado en una puja abierta al público. Actualmente el vestido podría estar guardado bajo llave en una habitación en una colección privada impidiendo ser conocida su historia. En lugar de eso, ha estado en diferentes partes del mundo en diferentes exposiciones y se le ha introducido a una nueva generación gracias a la MET Gala», reconocen también dándole valor a lo que han hecho con él desde que lo adquirieron en lugar de convertirlo en una pieza de archivo escondida al público.
Desde el propio museo aseguran también que no hubo ningún intercambio de dinero entre ambas partes para conseguir sacar de allí el vestido, sino que lo único que importaba era el valor que aportaba a la cultura el hecho de vestirlo: «Ni Kim Kardashian le ha pagado al museo por ponerse el vestido ni el museo le ha pagado a Kim por hacerlo. En realidad, Kim ha hecho dos donaciones a organizaciones caritativas de Orlando en beneficio de la compañía».
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