Jorge Javier Vázquez habla de sus compañero de 'Sálvame' y de la continuidad del programa

También ha hablado de la bajada de la audiencia del programa. En la entrevista que ha concedido en exclusiva a Lecturas, Jorge Javier reconoce que la descenso de audiencia se debe a la falta de noticias. «Sálvame' está más vivo que nunca y queda programa para rato», asegura.

Kiko Matamoros afirmó disgustado la semana pasada en 'Lecturas' que no se sentía valorado en comparación con uno o varios de sus compañeros y que por eso tenía que dejar el 'Deluxe' tras no haber llegado a un acuerdo económico. «Parece que Kiko Matamoros está buscando su despido y poder presentarse así como una víctima del feminismo más radical», apunta Jorge Javier que también le recuerda a Kiko que «no es lógico que culpe a Carlota Corredera de la bajada de la audiencia [de 'Sálvame']. Es mentira». Desde las páginas de Lecturas expone una ingeniosa solución a las tensiones que se han creado entre colaborador y presentador tras sus reproches desde Sudáfrica.

Ampliar

De otras dos colaboradoras, Gema López y María Patiño, el presentador entiende que se colocaran en contra del testimonio de Rocío Carrasco por el hecho de ser madres. «Hay madres que tienden mucho a la protección de sus hijos y creo que puede ir por ahí». Sobre la primera, valora positivamente su aportación al programa pero matiza: «No se puede hacer 'Sálvame' con 10 colaboradoras como Gema».

En cuanto a la incorporación de Rocío Carrasco en 'Sálvame' ha sido una de las decisiones del programa más comentadas. Jorge pone en valor la valentía de su compañera al contar su testimonio y la apoya en su nueva aventura televisiva. «Rocío tiene cabida perfectamente en un programa como 'Sálvame», dice.

Por último, de Rosa Benito dice que «lleva peor la carrera de su hija que su propia hija. Rosario Mohedano se ve encantada con su vida y su profesión. Sin embargo, Rosa habla de la carrera de su hija con resentimiento. Tiene ahí un problema al que debería enfrentarse», asegura el presentador desde Grecia, donde acaba rematando: «Está más perdida que nunca».