Isabel Pantoja, durante un concierto. EFE

Isabel Pantoja quiere vender su casa de Sevilla y su cuñada japonesa no se va

Los abogados de la exbailaora Junco la han aconsejado que no se marche

El Norte

Jueves, 1 de agosto 2024, 13:33

Isabel Pantoja no cesa en la búsqueda de dinero rápido. Ahor, estaría ultimando la venta de su viejo piso de Sevilla, aunque, en este caso, existe un inconveniente. Allí vive su cuñada Junco, exbailaora japonesa que se niega a marcharse.

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La periodista Paloma García-Pelayo revelaba en exclusiva en 'Y ahora Sonsoles' que Isabel Pantoja estaría en proceso de vender la que fue su primera inversión inmobiliaria: su piso de Sevilla. La cantante adquirió la propiedad muy joven, antes de su relación con Paquirri, y tras mudarse con él permitió que su hermano Bernardo se trasladara a allí con su mujer. Sin embargo, desde el fallecimiento de Bernardo en 2022, la bailaora japonesa se ha atrincherado en la propiedad y se niega a abandonar la vivienda a pesar de los numerosos requerimientos de la tonadillera para que lo haga.

«El comprador es una persona anónima. Isabel Pantoja está dispuesta a vender la propiedad para hacer frente a sus deudas millonarias, especialmente ahora que va a cantar menos», ha detallado García-Pelayo.

Tal y como ha explicado la periodista en el programa en el que colaboradora, han fracasado todos los intentos de desalojar por las buenas a la bailaora japonesa y de intentar llegar a un acuerdo cordial. Eso ha incluido la oferta de compra por parte de Pantoja con sendos burofaxes que Junco ha rechazado.

Mujer misteriosa

La muerte de Bernardo Pantoja a los 69 años en noviembre de 2022 puso en primera línea de actualidad a la discreta y huidiza Junco, su mujer. Una mujer cuyo nombre real es todo un misterio y que vivió por y para el padre de Anabel Pantoja hasta su muerte. Inseparables desde el día que se conocieron. La lealtad hacia su marido fue inquebrantable hasta el final.

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Durante años se pudo ver a la amorosa y fiel Junco acompañando a Bernardo en sus visitas al médico. No solo eso, sino que la japonesa contribuyó a la economía familiar gracias a sus ingresos como diseñadora y costurera de trajes flamencos que exporta a su país de origen.

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