el norte
Viernes, 16 de octubre 2020, 12:01
Georgina Rodríguez ha superado la condición de ser, solamente, la pareja oficial de Cristiano Ronaldo. La joven dependienta que dejó la tienda de Gucci de la calle de Ortega y Gasset en Madrid para seguir al astro luso, ha conseguido labrarse un nombre propio después de estar cuatro años con el futbolista.
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Hace tres días, casi al mismo tiempo en que se confirmaba el positivo en coronavirus de Ronaldo, Georgina se encontraba en el parisino hotel Le Maurice junto a una reportera de 'Paris Match', en una de las escasas entrevistas que ha concedido. «Cristiano es una de las mejores personas que conozco. Él me protege y entre nosotros existe un gran vínculo. Y no puedo negar lo obvio: ¡Es una bomba! Me atrae todo de él», contó durante esa charla. Al terminar, se subió a su jet privado y volvió a Turín para dormir en casa junto a sus cuatro retoños. «No quiere descuidar su faceta como madre, que para ella es lo más importante. Lo bueno de Georgina, y una de las razones por las que gusta tanto, es que ejerce de madre de todos los hijos de Cristiano», cuenta una amiga suya, al tiempo que añade que «a Cristiano ella le ha aportado mucha estabilidad: él podría estar con cualquier tía, pero está con Georgina porque es una chica muy normal». Tan «normal» que parece no haber perdido un ápice de humanidad.
Para intentar seguir siendo independiente, como lo ha hecho toda su vida, colabora con las marcas de moda más prestigiosas que se pelean por contar con ella. Sus más de 21 millones de seguidores en Instagram les garantizan beneficios en cualquier producto que comparta en su perfil. Ella tiene una agenda profesional al margen de Cristiano y, de un tiempo a esta parte, ha fraguado su propia identidad desde el punto de vista social. De echo, ha estado muy volcada en iniciativas benéficas, como en la gala de UNICEF y en el Rastrillo Nuevo Futuro, al tiempo que acudía como invitada a exclusivos desfiles como los de Balmain o Louis Vuitton, en París, y a eventos internacionales como el Festival de la Canción de San Remo (a principios de marzo) o la 77 edición del Festival de Cine de Venecia, donde se convirtió en una «chica Almodóvar» sobre la alfombra roja.
Georgina nunca ha olvidado sus orígenes, de ahí que teniendo en cuenta su influencia y debido a la mala situación que estaban atravesando muchas personas por el coronavirus decidió, al principio del confinamiento, subastar varios de sus llamativos vestidos de fiesta y una camiseta de CR7. Destinó los 20.000 euros recaudados a la iniciativa #YoMeCorono del Doctor Bonaventura Clotet para investigar y acelerar la respuesta científica frente al Covid-19. También donó 20.000 mascarillas a los niños de Nuevo Futuro. «Viene de una familia humilde y le sale solo ayudar. Y, aunque ya no vive en España, sigue apostando por su país», concluye un íntimo amigo suyo.
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