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El Norte
Miércoles, 29 de enero 2025, 12:05
Frank Cuesta ha querido compartir con sus seguidores en redes sociales su cambio físico tras iniciar, un año más, su tratamiento contra el cáncer. El herpetólogo lleva más de 20 años luchando contra esta enfermedad y fue hace unas semanas que anunció iniciaba su tratamiento. «Sabéis que yo tengo una especie de enfermedad ahí metida dentro durante muchos años y estoy haciendo un tratamiento alternativo durante los últimos cuatro años y hoy comienza», comentó el pasado 13 de enero a través de un vídeo en su canal de YouTube que recogió ABC.
«Me he estado engordando porque sé que voy a bajar peso, entonces aunque veáis que bajo peso, o que se me cae el pelo o algo así, es una cosa normal y no es que me esté muriendo ni que me esté pasando algo», adelantó en el mencionado clip. Ahora, desde su santuario en Tailandia, ha mostrado cómo afronta esta nueva etapa. En un nuevo vídeo publicado, aparece con una gorra blanca presentando a los nuevos animales que han llegado a su refugio. «Ahora mismo este pato tiene más pelo que yo. Vaya tela», comentó entre risas mostrando su caída de pelo debido al tratamiento.
El extenista describió cómo es el ritmo de vida en el refugio en Tailandia. «El santuario significa comer, cagar, dormir y si tienes suerte de vez en cuando... Pero vamos, que suerte poca por aquí por lo que veo y con estas pintas que tengo yo aquí ahora menos», lamentó Cuesta. En varias oportunidades ha dejado en claro que el santuario no es solo un proyecto para él, sino también su refugio y su mejor medicina para afrontar su enfermedad.
Cuesta también ha compartido los desafíos a los que se ha tenido que enfrentar. Por ejemplo, el verano pasado sufrió un grave envenenamiento mientras trabajaba en el santuario. En un vídeo titulado 'El domingo casi muero en el hospital', Frank relató cómo una rana venenosa lo expuso a un envenenamiento masivo que afectó sus riñones, hígado y bazo, obligándolo a ser hospitalizado de urgencia.
Frank Cuesta lleva más de dos décadas luchando contra leucemia, una enfermedad que ha marcado su vida. Durante la pandemia en 2020, contó cómo había sido todo el proceso, desde que le dieron el diagnóstico hasta sus tratamientos, e indicó que cuando uno recibe este tipo de noticias «te das cuenta de las tonterías que has hecho, la cantidad de tiempo que has perdido y, sobre todo, empiezas a apreciar un poco más cada día, cada mañana, cada sol, cada luna, cada amistad, cada persona... y aprecias la vida».
El herpetólogo ha dejado en claro que a pesar de los retos que se le pongan de por medio, no se rinde. «No es que me esté muriendo», asegura, recordando que los efectos físicos con parte del proceso para estar mejor.
Mentalizado en la frase que lo caracteriza: «La vida es una mierda maravillosa y hay que disfrutarla», sus seguidores lo consolidan como un ejemplo de cómo afrontar la vida con valentía, humor y determinación.
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