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El Norte
Martes, 4 de julio 2023, 12:18
Feliciano López, 41 años, se despidió del tenis la semana pasada, tras estar en el top 5 durante años con 506 victorias en 996 encuentros, y siete títulos individuales en 26 años de carrera. Apartado del mundo de la raqueta, ahora se dedicará a
su familia, ... a su hijo Darío, a su mujer Sandra Gago y a buscarle otra vuelta a su trayectoria profesional. Quiere formarse para seguir cerca del deporte, pero desde otra perspectiva. «Es un momento en el que pensaba que no iba a llegar», comenzó diciendo visiblemente emocionado durante su discurso de despedida.
«Gracias a mis padres, que no han podido estar aquí. Mi padre fue el loco que empezó todo esto. Me regaló una raqueta y el viaje ha llegado hasta aquí y lleno de muchas cosas bonitas. Si no me hubiera inculcado ese amor por el deporte y por el tenis yo no estaría aquí, así que gracias», añadió.
Pero, las palabras más emotivas se las dedicó a su mujer, con quien contrajo matrimonio en 2019. «Gracias a Sandra, por tu apoyo incondicional. Ha sido mi última etapa, pero la más bonita. Sin ti no hubiera podido conseguir lo que he logrado en estos seis o siete años de mi carrera. Nos queda mucho por vivir todavía. Te quiero agradecer todo lo que me has apoyado», dijo sin poder evitar que su esposa rompiese a llorar de la emoción.
Pero todavía hay más. Feliciano López publicó una emotiva carta de despedida en sus redes sociales, en la que volvió a agradecer el apoyo de su familia. «Siempre he pensado que hay vida después del tenis, y no veo la hora de empezar este nuevo capítulo de mi vida junto a mi hermosa mujer Sandra Gago y mi hijo Darío», comenzó escribiendo.
«Sandra, te elegiría un millón de veces porque eres el corazón más puro que he conocido nunca. Me hiciste el hombre más feliz dando a luz a nuestro hijo, y eres la razón detrás de mi voluntad de ser mejor persona cada día. Te prometo que estaré a la altura», aunque también tuvo unas palabras para sus progenitores: «Gracias papá por la maravillosa idea de poner esa raqueta de madera en mis manos hace 37 años. Gracias también por las incontables horas que has pasado en la cancha conmigo. Eres mi verdadero mentor en el tenis y en la vida. Mamá, gracias por tu amor incondicional y tu paciencia, y siento no ser suficientemente cariñoso algunas veces», finalizó.
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