El torero Juan Ortega. Europa Press

El cura de la boda aconsejó al torero Juan Ortega que no se casase

El diestro dejó plantada a la novia en el altar en lugar de darle el 'sí, quiero'

El Norte

Martes, 5 de diciembre 2023

El plantón de Juan Ortega a su novia, Carmen Otte Alba, poco antes de la boda, ya ha hecho historia. Los 500 asistentes esperaban en la iglesia de Santiago de Jerez de la Frontera (Cádiz), pero el novio nunca llegó. El banquete, que había costado en torno a 70.000 euros, tampoco se disfrutó y la novia, que había elegido el vestido de novia perfecto para su enlace, tampoco lo lució, quedando destrozada, tal y como recuerda ABC.

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Lo sorprendente del caso, es que apenas 24 horas antes, celebraron la fiesta preboda con algunos de sus invitados.

Como contaba Pilar Vidal en 'Y Ahora Sonsoles': «Juan Ortega es un hombre tremendamente religioso, formal y serio». Las dudas, por unir su vida a la de Carmen para siempre, le hicieron retroceder en el último momento. Unas dudas que el torero manifestó a su novia hace una semana y media, pero sus familiares y, la propia Carmen, trataron de disipar asegurando que eran «los nervios típicos de la boda».

La pareja llevaba una década de relación y tres años viviendo juntos

La pareja llevaba de relación diez años y tres viviendo juntos, un tiempo largo. En los últimos meses, el torero, que también tiene la carrera de ingeniero, ha estado muy ocupado trabajando, viajando y alejado de su novia, momento en el que ha podido reflexionar sobre su decisión.

Un amigo suyo de Barcelona

Una hora y media antes de su llegada al altar, el torero realizó tres llamadas decisivas: En la primera llamó al cura, un amigo suyo de Barcelona que se había desplazado hasta allí para unirles en matrimonio. Habló con él para explicarle sus dudas y contarle su intención de cancelar la boda. El cura le aconsejó que no se casase. La segunda llamada fue a su prometida y del mismo modo que en la primera llamada, avisó a Carmen de su intención de no seguir adelante con el enlace. Es de suponer que la joven no daría crédito a lo que estaba escuchando. Por último avisó a sus padres.

La decisión estaba tomada y tras hacer las llamadas pertinentes, cogió su coche y se marchó a Sevilla. Según nos cuentan, en ningún caso hay terceras personas, ni por parte de él, ni por parte de ella. Los allegados, aún en shock con lo ocurrido, no tienen claro que va a pasar con ellos en el futuro.

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