Ana Belén recuerda cómo cayó en la inocentada de su hija

David Broncano disfrutó de una visita de excepción el pasado martes, 10 de diciembre. El presentador jienense de 'La Revuelta' tuvo como invitada a Ana Belén, una figura histórica de la cultura española, con más de 60 años de trayectoria como cantante y actriz.

A sus 73 años, se encuentra grabando su próximo proyecto, el primero desde que en 2018 publicase su último álbum, 'Vida'. La artista madrileña ha presentado el primer adelanto, 'Bachátame', y ha bailado junto con David Broncano su nueva canción: 'No había bailado bachata nunca'

Aunque era su primera visita al programa, la cantante llegaba cargada con una caja de mantecados para dar de merendar al equipo. Y Broncano y Grison no podían dejar pasar la ocasión de repetir su ya famoso lanzamiento, que de nuevo ha terminado con éxito. Un logro aún más dulce para Grison, que ha terminado la dieta y ha podido disfrutar de la merienda. La artista ha reconocido que no cuida especialmente la alimentación y come sin problemas hamburguesas, mantecados, chucherías, chocolate y cualquier tipo de dulce, y se ha entusiasmado especialmente al hablar de las gominolas, en concreto las que tienen forma de huevo frito.

Por primera vez en 'La Revuelta', la bañera ha acogido a dos personas. En este caso, una pareja formada por una gran seguidora del programa y su novia, que le ha dado una sorpresa llevándola al teatro. Una situación que ha dado pie para que Broncano preguntase a su invitada por las mayores sorpresas que ha recibido a lo largo de su vida. Tras rememorar una fiesta de cumpleaños a la que acudieron amigos y artistas como Miguel Ríos, Concha Velasco o Javier Gurruchaga, Ana Belén ha hecho mención a una inocentada que ilustra su ingenuidad para las bromas y sorpresas.

La hija de Ana Belén y Víctor Manuel, la actriz Marina San José, contó a su madre que estaba conociendo a un chico ruso y quiso presentárselo en persona. Una vez reunidas en el bar donde habían quedado, Marina reveló que se trataba de una misión del CNI, que le había pedido que espiase al hombre en cuestión, recién iniciada la invasión de Rusia a Ucrania. Totalmente inmersa en la historia y ajena a la inocentada, el susto de Ana Belén fue monumental cuando el ruso le preguntó si ella también iba microfonada. Afortunadamente, todo formaba parte de una broma. «Invadir un país solo por el 'Inocente, Inocente' me parece mucho», ha rematado Broncano.

Ana Belén y Víctor Manuel tienen dos hijos, David y Marina San José, quienes han seguido, cada uno a su manera, los pasos artísticos de sus padres. David, nacido en 1976, comenzó sus estudios en informática y química, pero su verdadera pasión era la música, influenciado por sus padres. Formó parte de un grupo de punk rock y se mudó a Boston para estudiar composición de bandas sonoras. Actualmente, es compositor, productor y arreglista. Dirige el estudio de grabación Raro Tempo, donde su madre ha grabado varios temas, y ha trabajado en proyectos de sus padres, incluyendo la gira 'El gusto es nuestro'. Además, ha compuesto bandas sonoras para películas como 'De chica en chica' y 'Vete de mí'.

Marina, nacida en 1983, se ha dedicado al mundo de la actuación, siguiendo la estela de su madre. Ha trabajado en varias series de RTVE como 'Amar en tiempos revueltos' y 'Gran Reserva', además de destacar en el teatro y el cine, con papeles en obras como 'Don Juan, el burlador de Sevilla' y 'Escape Room'. También participó en la segunda temporada de MasterChef Celebrity. En 2005, se unió a la gira de sus padres como corista bajo el pseudónimo de Xana para pasar desapercibida.

Víctor Manuel y Ana Belén provienen de orígenes humildes: ella, hija de un cocinero y una portera en el barrio madrileño de Lavapiés, y él, hijo de un ferroviario y una comerciante asturianos. Se conocieron a finales de los años 60 durante una grabación para la película 'Morbo' (1972), cuando ella tenía solo 15 años y él 20. Aunque en ese momento ya eran conocidos dentro de sus respectivos ámbitos artísticos, la química entre ellos fue instantánea.

A pesar de la diferencia de edad, compartían una profunda conexión personal y profesional, pero también una gran conciencia social y compromiso político, lo que dio lugar a una relación que, con el tiempo, se consolidó en uno de los matrimonios más sólidos del panorama artístico español. Se casaron en 1972, y desde entonces han compartido una carrera juntos, colaborando en múltiples proyectos musicales y cinematográficos.

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