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«Te voy a dar un morreo que vas flipar», avisó Ainhoa Artea antes de plantarle un besazo en la boca a Jordi Cruz. Largo, intenso y arropado por las risas y las caras de asombro del personal adyacente. La diva, harta de críticas, ... se llevó a su terreno al juez aunque le sirvió de poco. La aventura comenzó en plató. Tras la doble expulsión del programa anterior, los aspirantes son concientes de que el nivel de 'Masterchef Celebrity' está cada vez más alto y que mantenerse en sus cocinas es cada día es más complicado. En la primera prueba rindieron homenaje a los abuelos a través de los fogones. Para ello recibieron la visita de diez chefs senior premiados por sus elaboraciones para replicar sus platos estrella junto a ellos. Marmitako, caldereta de lechazo o bacalao empiñonado eran algunas de las delicias propuestas. Y la cantante de Tolosa triunfó con una tarta de calabaza. «Está espectacular», piropearon Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi. No obstante fue Josie el que destacó por encima del resto al enfrentarse a su miedo a los caracoles. «Nos ha encantado que hayas vencido tus prejuicios y temores», valoraron los jueces.
Cáceres se convirtió en escenario de la prueba de exteriores donde los y las concursantes debían enfrentarse a una prueba sobre el aprovechamiento del cerdo. Toño Pérez, maestro del restaurante Atrio, supervisó el trabajo. Y el experto en moda eligió a Flo, Celia Villalobos, Juanjo Ballesta y Raquel Meroño para su equipo. Arteta se quedó con Laura Sánchez, La Terremoto, Nicolás Coronado y Gonzalo Miró. «¿Sabes por qué me gusta a mí el cerdo?», le preguntó Villalobos a Flo. Al cómico no le dio tiempo a contestar porque la política se adelantó. «Porque he vivido mucho tiempo rodeada de bastantes», ironizó provocando risas.
Cruz fue muy exigente con la diva vasca y ésta le advirtió de que iba a darle un beso. Y llegado el final, antes de dictar veredicto, se lo plató. «Te ha pasado lo que les pasa a todos los hombres, hay un antes y un después tras un morreo de Arteta», argumentó ella orgullosa. Y luego bromeó: «Si es que aparte de para cantar y cocinar, nací para besar». Con todo, el grupo de Ainhoa no pasó la prueba. «Estabais muy dispersos», dictaminaron los expertos. Y todos fueron condenados a la prueba de eliminación. Lo que no esperaban es que Josie, escogido de nuevo como el mejor, tenía la oportunidad de librarlos del castigo. El diseñador podía escoger entre cocinar con los 'delantales negros' y arriesgarse a la expulsión o salvarlos y sentenciar a su equipo. Y se sacrificó. «Hay que vestirse por los pies en la vida y en Masterchef», sentenció. Gonzalo Miró también se la jugó. Tenía el pin dorado que le permitía esquivar el riesgo, pero decidió no utilizarlo. Y la osadía casi le cuesta el concurso.
El último reto de la noche consistía en preparar diferentes platos dulces con el condicionante de no poder usar ni azúcar ni edulcorantes, sólo fruta. Y Miró no acertó con un brownie que, según Pepe, «se hace un polvorón imposible de tragar», pero Laura Sánchez lo hizo peor con un plato «totalmente insípido», dijo Jordi. «A este postre le falta alegría por todos los lados», matizó Pepe antes de expulsar a la modelo, que se retiró sin perder la sonrisa. «No pasa nada, es maravilloso haber llegado hasta aquí», admitió antes de decir adiós.
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