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el norte
Viernes, 20 de enero 2017, 11:00
Durante la entrevista, Cósima Ramírez (Madrid, 1990) reconoce que el divorcio de sus progenitores le pilló «por sorpresa. Estas cosas son siempre desagradables. Pero me ha sorprendido el morbo que ha despertado. Con todas las cosas interesantes y revolucionarias que han hecho mis padres, me temo que esta es una de las menos extraordinarias», explica.
Aunque ella misma se define como «una niña de papá», Coco, como la llaman en la familia, ha tomado partido, y no precisamente por el periodista, con quien dice mantener una relación «un poco dura. Necesita que le eche un par de broncas. Lo hago por su bien y él lo sabe». Respecto a su madre, confía en que, con el tiempo, se le «pase el disgusto y que se dé cuenta de lo muchísimo mejor que vamos a estar todos. Ella es más divertida y más moderna que mi padre y se ha tenido que parar de muchas maneras y adaptar a los ritmos de él».
Cósima no duda en explicar cómo es cada uno de sus progenitores. De Pedro J. dice que es un hombre «vanidoso y orgulloso [] En mi familia todos lo somos» y a su madre la ve como una mujer «muy emocional, que no tiene filtros. Y eso es maravilloso. Pero también pasa de un extremo al otro muy rápidamente y no siempre se rige por la lógica». Coco también reconoce que creció en una casa donde «dos titanes luchaban sin cuartel» para ver quién impone su ley. «Ahora mi ego es probablemente igual de monstruoso que el de ellos», asume, mientras en su fuero interno lucha por «dejar completamente atrás y en la sombra a mis padres».
La joven también habla de la sexualidad, un tema que vive de manera libre, algo tan «incontrolable y aleatorio que me parece cruel, patético y retrógrado que te juzguen por ello... En España son muy cotillas y muy reprimidos. Ya es bastante difícil encontrar pareja, ¿por qué limitarse a una sexualidad? Alguna vez me enamoré de una mujer y fue maravilloso, pero igual podría haberme enamorado de un chico», admite, y reconoce que quien mejor le ha comprendido ha sido otra mujer. Coco aborda el tema del matrimonio, que «es útil como institución económica, pero puedes tener un gran amor y no casarte. De hecho, mis padres estuvieron juntos durante 30 años y fue al casarse cuando fastidiaron las cosas».
En la entrevista que publica 'Vanity Fair', Cósima no se muerde la lengua y responde a todo lo que se la pregunta, incluido el famoso vídeo del escándalo, que salpicó a la familia Ramírez-Ruiz de la Prada en 1997. Numerosas personalidades de la vida pública española recibieron un sobre anónimo con un vídeo del periodista practicando sexo con otra mujer. Cósima confiesa que «todos los que me conocían sabían de la existencia de ese vídeo, todos menos yo. Me enteré muchos años después [] Me pareció indignante que no me lo contaran. Fue un shock, pero tampoco me importó para nada. El héroe de esa historia fue mi padre, porque no se rindió ante el chantaje».
Después de diez años de internado, de colegios donde entró siendo «una cría monísima y creyente» y salió como «una atea rabiosa y anarquista», y tras licenciarse con honores en la Universidad de Brown, una de las ocho mejores de EE UU, ahora trabaja junto a su madre en la marca de ropa familiar. Coco se encarga de las relaciones internacionales de la firma, pero «en el estudio manda ella (su madre), es una autocracia. Hago todo lo que me pide», lamenta.
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