Elena de los Ríos / mujerhoy
Martes, 29 de noviembre 2016, 06:22
Ava Gardner coincidió en el ascensor de un hotel de La Habana con Marita Lorenz, la joven alemana de 19 años, hija de un capitán de barco, que tenía embelesado a Fidel Castro. Durante aquellos primeros años de la revolución, ambas mujeres se disputaban los favores del presidente cubano más longevo de la historia. Este las recibía en el mismo hotel, convirtiendo los ascensores en territorio de guerra.
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Fidel Castro era, en aquella primera época, el hombre más deseado de Cuba y de parte del extranjero. Joven y poderoso, su vida está salpicada de romances con todo tipo de mujeres, desde jovencitas cubanas a la presentadora estadounidense Barbara Walters. Sólo Ava Gardner pudo convertirle el otra muesca en su cinturón de conquistadora: su arrolladora belleza e irresistible carisma superaban la atracción magnética del poder de aquel. En la biografía 'Love Is Nothing', de Lee Server, se cuenta cómo Gardner embrujó a toda La Habana con su desenvoltura y alegría. Se alojaba en casa del escritor Ernest Hemingway, donde se bañaba desnuda en la piscina ante todo aquel que pudiera mirarla.
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