ixone díaz / mujerhoy.com
Lunes, 4 de julio 2016, 11:32
Chelsea Clinton tenía dos años cuando se embarcó en su primera campaña electoral. Su padre, Bill Clinton, aspiraba a convertirse en gobernador de Arkansas y ella y su madre, Hillary, le acompañaban de pueblo en pueblo, en cada mitin y cada evento.
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Con cinco años, Chelsea ya había desarrollado suficiente conciencia política como para dirigirse por carta a Ronald Reagan para pedirle que no visitara un cementerio alemán en el que había varias tumbas nazis. "Querido presidente Reagan. He visto Sonrisas y lágrimas y los nazis no me parecen nada simpáticos. Por favor, no vaya al cementerio", le escribió. Y cuando cumplió seis años, los Clinton empezaron a preparar a su hija para el ambicioso futuro que llevaban años planeando. Querían que aprendiera a encajar los ataques e insultos que recibiría su padre si un día ocupaba el Despacho Oval. (Más información en MujerHoy.com)
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