El capítulo 9 de 'Juego de tronos' vuelve a traumatizar a la audiencia

Las numerosas escenas polémicas que se suceden en la quinta temporada de 'Juego de tronos' coinciden con los tramos donde los guionistas D.B. Weiss y David Benioff se desviaron de las novelas de George R.R. Martin. En especial, se han criticado los cambios con respecto al personaje de Sansa. Con el noveno episodio subieron el listón de crueldad y ellos no tuvieron la culpa: fue idea del escritor.

En el noveno episodio de la quinta temporada veremos como la hija de Stannis Baratheon acaba ardiendo en las tierras del norte. Melisandre le propuso asesinar a Shireen por que probablemente la pequeña iba a acabar ardiendo. Stannis primero había rechazado la idea con vehemencia pero, al ver que su campamento sufría pérdidas, creyó no tener otra opción que seguir el consejo de su bruja particular.

El hermano Baratheon más recto creía tener una excusa para hacerlo: el bien común de los suyos. Pero ningún espectador se ha sentido reconfortado con este razonamiento y Stannis se ha convertido de forma automática en el personaje más odiado de Poniente. Uno de los momentos más dolorosos se produjeron con los gritos de Shireen y el cambio de opinión de su madre Selyse, que no pudo salvarla, aumentó la impotencia. Sólo hay que sumarle la maravillosa interpretación de Kerry Ingram, que desde siempre dotó de humanidad e inteligencia a Shireen, y el instante pareció durar una eternidad.

Por otra parte, la temporada ha indignado a ciertos sectores por la cantidad de violaciones incorporadas en el relato, algo que Martin ha defendido por la dureza del universo inspirado en la época medieval. Pero con el noveno episodio, titulado 'The dance with dragons', se traumatizó a otro nivel. Las mujeres siguen siendo las presas de un patriarcado cruel e injusto... y además ha rebajado la edad de estas víctimas.

En Braavos también se trató la pederastia. Arya Stark fue quien vio con sus propios ojos cómo Meryn Trant, el que cree que mató a su maestro Syrio Forel, pedía el servicio de menores en un burdel. La incomodidad de la escena por semejante atrocidad no fue algo que los guionistas no tuvieran en cuenta. Es el retrato de un monstruo con todas sus letras, al igual que la muerte de Shireen fue un acto imperdonable, pero no quita que el universo de Juego de tronos en este aspecto sea tremendamente incómodo.

Ahora las víctimas son niñas y el espectador sólo puede cruzar los dedos y esperar que algún personaje dé su merecido a los nuevos villanos. De hecho, Benioff y Weiss eran muy conscientes del horror que debían mostrar. No es casualidad que Shireen muera y luego todavía quede una escena impactante, el intento de asesinato y primer vuelo de Daenerys a los lomos de su dragón Drogon.