Doblada por el doblaje

Laura Sánchez debuta como dobladora en una comedia sobre modelos. «Me he dado chocazos contra las paredes de lo difícil que ha sido»

arantza furundarena

Sábado, 6 de junio 2015, 19:52

ALaura Sánchez el doblaje la ha dejado doblada. «Es el reto profesional más duro y más complicado que he hecho en mi vida». Lo dice una mujer especialmente polifacética: modelo, actriz, diseñadora, empresaria, realizadora de videoclips, fotógrafa... Y ahora dobladora de la serie Vivo con modelos que se estrenará el próximo martes por la noche en el canal Comedy Central del Plus. A sus 34 años recién cumplidos, Laura ha prestado su voz al personaje de Anna, una top británica que comparte piso en Miami con otras colegas y con el inefable Tommy, un modelo de manos que pretende ligarse a todas sus compañeras... «La de modelo de manos es una profesión casi de riesgo explica Laura. Yo he conocido a modelos de manos femeninas y tenían que ir con guantes a todas partes porque un simple rasguño en un dedo las dejaba sin trabajo». Lo malo de Tommy es que tiene unas manos divinas pero en todo lo demás es poco agraciado y sus compañeras pasan de él olímpicamente.

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Si alguien sabe lo que es convivir entre modelos esa es esta onubense nacida en Frankfurt que lleva más de media vida (empezó a los 16) recorriendo pasarelas y compartiendo vivienda con sus colegas de oficio en París, Nueva York, Milán... «En los cuatro años que viví en París llegamos a estar doce chicas en un piso. El topicazo de que somos unas divas insoportables y rivalizamos a muerte entre nosotras no es cierto. Al contrario, para mí fue una escuela de vida compartir piso desde tan jovencita. Yo soy muy cuadriculada y me enseñó a ser tolerante con el desorden de los demás». De cuando compartía piso en la capital francesa con la también top model Priscila, Sánchez recuerda sus primeras novatadas. «Íbamos a los casting supermaquilladas, con taconazos, minifaldas... Parecíamos Miss Venezuela. Las otras chicas iban tiradas, en Converse... A ellas las contrataban y a nosotras no. Así que decidimos cambiar de estrategia y ser las más tiradas y zarrapastrosas de los casting. Y empezaron a darnos trabajo».

Anna, la modelo a la que ha doblado en los primeros ocho capítulos de la serie, es según sus propias palabras «pija, sibilina, sarcástica y tremenda». Admite la onubense cierto parecido con el personaje «en el humor inglés, porque yo aunque soy andaluza tengo ese tipo de ironía». En lo demás, hay pocas similitudes, porque si Laura tiene una boca amplia y una sonrisa interminable («¿Mamá, por qué tienes más dientes que nadie?», le preguntó una vez su hija Naia), la británica Anna tiene, según cuenta su dobladora española, «una boca de pajarito con la que hace muecas raras y es muy difícil de doblar». Eso, tragarse su acento andaluz y aprender a entonar con sarcasmo han sido los principales retos de Laura en su nueva aventura profesional. «Hay días que llegaba a casa dándome chocazos contra las paredes de lo frustrada que estaba confiesa. Por suerte David (Ascanio, su pareja) me ha apoyado mucho».

Guisos de los de cuatro horas

Laura y el cantante tinerfeño David Ascanio, que llevan seis años juntos, acaban de mudarse de casa en Madrid. Han vendido una de 90 metros cuadrados para irse de alquiler a otra de 300. Bloomers and Bikini, su negocio de venta de braguitas y ropa de baño por internet, va viento en popa. Tienen previsto desfilar en Moda Cálida de Canarias y lanzar como primicia una línea de gafas de sol. En su no parar, Sánchez pasó hace unos días por el plató de Master Chef, invitada por Miguel Bosé. «Nos conocemos desde hace mil años, no tenemos nada que ver pero estamos muy unidos», declara.

La modelo lució nuevo corte de pelo («previo al de la Reina», precisa) y degustó los platos preparados por los concursantes. «Creo que fui demasiado crítica. No me gustaron mucho y se me notó en la cara. No filtré». Ella se considera buena cocinera de guisos y cocidos de legumbres «que cuecen durante cuatro horas, nada de olla exprés». Ascanio es más sofisticado: «El otro día cocinó un atún envuelto en hojas de té verde y sésamo que estaba riquísimo». En lo demás sigue todo igual: no hay boda ni nuevo embarazo a la vista. Sobre la custodia de su hija compartida con el futbolista Aitor Ocio y sus problemas judiciales aún no resueltos Laura prefiere no hablar. «¿Que cuándo acabará esto? Eso quisiera saber yo... De momento, todo sigue igual dice con una sombra en su rutilante sonrisa, pero yo voy a quedarme callada».

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