Las lágrimas inundan el plató de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?'

Ayer se puso fin a una nueva edición de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?'. Un final en el que hubo de todo, aunque predominaron de forma notable las lágrimas. Por un parte, las de Sandro, el soltero gay de esta edición, fueron dignas del mejor culebrón venezolano. Su reencuentro con Vicente -su favorito desde el principio- después de que éste confesara que sí estuvo con Rá al principio del programa, fueron el momento más esperado de la gran gala final que tuvo un final feliz.

Quien peor suerte tuvo fue Sandra que se marchó de vacío después de que Rafa, el joven apuesto millonario que buscaba una mujer que le quisiera por él mismo y no por sus posibilidades económicas, le rompió el corazón. Después de un intenso viaje por Avignon, Rafa eligió a su madre. La joven salió del programa sin poder pronunciar ni una palabra. El drama que se vivía en el reality de Cuatro quedó interrumpido con la aparición del hermano de Rafa, Cristopher que le pidió permiso para poder tener una cita con una de sus antiguas pretendientas, la guapa cubana Claudia.

El momento tenso de la noche llegó con Estrella, la madre de Diego que vio entrar por la puerta a Bea. Aunque el joven pasó de la opinión de su madre y decidió quedarse con Bea a pesar de las hostilidades. David, el hijo de la vidente, decidió quedarse con Ana y, por último, Markus, el modelo que vino buscando un 'putón familiar', llegaba a la fase final con sus dos candidatas favoritas y haciendo caso a su madre se decantó por Rocío.