Rato reclama 380 euros por sus cojines

Rodrigo Rato reclama 380 euros como indemnización por sus cojines desaparecidos. En diciembre intentó recuperarlos a toda costa, pero no tuvo éxito y ahora ha decidido acudir a la vía legal para conseguir su retorno o bien para lograr una compensación económica por ellos. La Oficina Municipal del Consumidor de Gijón tramita una demanda interpuesta a finales del pasado mes por el exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI) contra la tienda de Patricia Vázquez, la costurera acusada de haber volatilizado los almohadones. Según pudo saber este periódico, el organismo municipal ya realizó varios trámites del expediente y hace pocos días agentes adscritos a la misma se trasladaron a la tienda de la calle de Emilio Tuya para solicitar documentación y para completar la que tenían hasta ese momento.

Todo empezó el pasado mes de agosto, cuando Rato visitó la tienda 'PV Entre Costuras', el establecimiento de reparación de ropa y diseño a medida que Patricia Vázquez regenta en el número 16 de la calle de Emilio Tuya, en Gijón. Le pidió un presupuesto para reparar dos grandes cojines, que estaban descosidos por un lateral. «Son veinte euros», le dijo, y le pareció caro. Fue el inicio de la extraña historia que ahora acabará dilucidándose por la vía legal después de que el expresidente del Fondo Monetario Internacional (FMI) exvicepresidente del Gobierno, exministro de Economía y expresidente de Bankia, decidiera presentar una reclamación, vía buro-fax, contra la costurera, a la que reclama una indemnización de 190 euros por cada cojín desaparecido.

Poco después de pisar por vez primera la tienda de costura, Rato, de quien Patricia Vázquez asegura que no conoció su identidad en aquel momento, le dejó los cojines a la puerta, según señaló. Pasaron los días, las semanas y los meses y el expresidente de Bankia no volvió a aparecer. La costurera pensó que no regresaría para recuperar unos cojines que por su volumen, de aproximadamente un metro de largo por cincuenta centímetros de alto, le molestaban mucho en el pequeño espacio de la tienda. En ese momento decidió deshacerse de ellos. Según dijo en su momento, «los dejé junto a un contenedor de Cáritas».

Pocos días después apareció en la tienda el propietario de los cojines y exigió su recuperación, pero ella tuvo que explicarle que se había deshecho de ellos y él «se enfadó muchísimo». Le aseguró que tenían un gran valor, que habían sido confeccionados con alfombras turcas y que su recuperación era imprescindible. Después, esa misma tarde, Rodrigo Rato la llamó cuatro veces por teléfono para insistirle en que debían aparecer los almohadones de forma inmediata y le dijo que, de lo contrario, tendría que vérselas con sus abogados. No se lo podía creer porque «una de las veces que me llamó le dije que con el seguro que tenemos en la tienda se podía recuperar el dinero, pero él quería los cojines a toda costa».

Pasar página

Patricia Vázquez, que el pasado mes narró a este periódico la historia de los cojines de Rato, no quiere hablar ahora sobre el asunto y espera poder pasar página cuanto antes. Sí confirmó la recepción de la demanda. Por el momento, tendrá que hacer frente a la reclamación presentada por el expresidente del Fondo Monetario Internacional ante la Oficina del Consumidor.

Tras recibir la notificación, la costurera ya presentó, a través de su abogada, un pliego de descargos sobre la denuncia y ahora se encuentra a la espera de que un arbitraje amistoso pueda solucionar el asunto.