Pilar Soto con Víctor Sandoval

Pilar Soto, la presentadora de 'Gran Prix', se consagra a la orden de San Francisco el Grande

La fama que adquirió, presentando programas como 'Mamma mía', 'Te vas a enomarar' o 'Infraganti', desembocó en una bulimia

PPLL

Jueves, 29 de enero 2015, 20:51

Pilar Soto, una de las presentadoras más famosas de principios de siglo XXI, ha vuelto a recordar sus visitas a los platós de televisión que le llevaron a caer en la bulimina y posteriormente ingresar en la Orden de San Francisco el Grande.

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En el año 1998, Pilar Soto comenzó a salir en televisión, concretamente en la serie juevenil 'Al salir de clase', donde interpretaba a Pamela. Ese mismo año, participó en el programa 'Peque Prix', donde estuvo hasta el año 2000 junto a Carlos Castells y Miriam Domínguez. En 1999, siguió subiendo peldaños y pasó a la edición de adultos de 'El Grand Prix' con Ramón García y ya el año siguiente fichó por Telemadrid para presentar 'Mamma mía' junto a Víctor Sandoval. Pero no acabó ahí su trayectoria televisiva, en el 2001 presentó espacios veraniegos como 'Te vas a enamorar' o 'In fraganti'. Tanta actividad no fue lo mejor para ella, como recuerda la presentadora "El tipo de vida que llevaba -explica para Alfa y Omega- me llevó a vivir hasta en siete países distintos. La falta de raíces, a causa de tantos viajes, el hecho de que nunca nadie estuviera esperándome al volver, me resultaba durísimo. Siempre estaba sola, siempre estaba vacía, no tenía amigos, no tenía a nadie".

Según comentó en 'Sálvame Deluxe' tanta fama le llevó caer en la bulimia. "Comenzaron a sucederme una serie de circunstancias muy dramáticas, y caí en algo terrible que se llama bulimia. La bulimia me llevó a la anorexia, y de ahí al alcohol y las drogas. Sufrí varias sobredosis, pero yo seguía trabajando, perdí muchísimo peso, y no se lo contaba a nadie".

Su peor momento lo vivió cuando se apuntó al reality 'La isla de los famosos' con el objetivo de camuflar su pérdida de peso. "Sé que estoy viva de milagro. Caí en un pozo sin fondo, donde no tenía lo más importante, que es Dios. Yo siempre digo: A mí Cristo no me tiró de un caballo, sino de un plató de televisión".

Uno de esos días malos, Pilar se despertó en el Hospital de la Princesa. «Un médico me dijo: Lo sentimos muchísimo, señorita Soto, pero no podemos hacer más. [...] Sabía que me estaba muriendo. En ese momento, llamé a Cristo, y con los ojos de mi alma vi su rostro. Estaba todavía en la cruz, lloraba. Y pensé: Dios mío, ¿qué he hecho? Perdóname, Señor».

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