Silvia Fuminaya demanda a su marido por presuntos malos trato

Después de varios años alejada del mundo de la televisión, Silvia Fominaya vuelve a ser noticia por unos desagradables episodios vividos con su marido. Algo que parece extraño después de que ésta dejará de lado la televisión para estar más tiempo con su él y sus dos hijos.

Aparentemente, la pareja se llevaba bien, pero parece que no era todo felicidad y es que Fominaya ha denunciado a su marido por malos tratos continuados, indicando expresamente que no se trata de un episodio esporádico, como informa 'El Mundo'.

El pasado jueves 15 de enero, Fominaya acudía con su abogado a la comisaría de policía para interponer una denuncia y acusar de malos tratos a su marido y padre de sus dos hijos, Pablo Alfonso González. Según recoge El Mundo, a las cinco de la mañana de la noche del 14 de enero, una vecina del inmueble del matrimonio González-Fominaya llamó asustada al 091 explicando que una mujer gritaba y pedía auxilio: Que me matan es la frase que escuchó la vecina. Tras el aviso se personaron dos patrullas de policía, entrando en el inmueble. Fue la propia presentadora quien consiguió abrir a la policía. En ese momento, los agentes pudieron ver a una mujer aterrada, gritando y con la cara y el cuello golpeados.

Fominaya contó su versión a la policía y las patrullas solicitaron un servicio sanitario para trasladarla a un centro médico, mientras otros dos agentes detuvieron al marido que fue trasladado a comisaría.

En la denuncia que presentó Fominaya señala que éste no era un episodio esporádico, sino que lleva sufriendo malos tratos desde hace años. Sobre la situación en la que se encuentra en estos momentos apunta que prefiero no comentar nada porque es un tema muy desagradable. Además hay dos niños pequeños de por medio. Es un tema que está donde tiene que estar, en la juzgados. De verdad, hablar de esto es muy delicado. No puedo decir nada más.

Después de denunciar los hechos, Fominaya se ha ido a vivir a Vigo, donde está buscando trabajo, aunque lo que más le preocupa ahora es que sus dos hijos no se enteren de nada.