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El reportero Paul Rosolie al lado de la anaconda
Un reportero se deja comer por una anaconda

Un reportero se deja comer por una anaconda

Discovery ha emitido el polémico programa, a pesar de la multitud de protestas que ha rebido el canal

PPLL

Martes, 9 de diciembre 2014, 18:42

Paul Rosolie, reportero y naturalista, protagonizó una escalofriante escena que fue emitida por Discovery Channel. Nada más y nada menos que se dejó comer por una anaconda. El reportero ya lo había anunciado con unas cuantos días de antelación y desde ese momento, los comentarios en contra no dejaron de sucederse. Le acusaban de maltrado animal y de loco por intentar tal "burrada".

Para prepapar la escena, Rosolie se pertrechó de una armadura y de un equipo de oxígeno para la ocasión y afortundamente para él salió indemne de la aventura que no llegó hasta donde él hubiese deseado.

Para la realización del programa, el reportero necesitaba una anaconda de tamaño considerable en el Amazonas, tentarla para que encontrara al reportero apetitoso, que éste se dejara tragar hasta la cintura y después ser rescatado con un arnés que tiraría de él hacia atrás, o asustar a la serpiente para que le regurgitara.

Rosolie ya había puesto el ojo en una serpiente de las características necesarias. La anaconda elegida medía casi 8 metros de longitud. Para atraerla el reportero se empapa en sangre de cerdo para que la serpiente muerda el anzuelo: se enrolla alrededor de Rosolie para inmovilizarle. En ese momento, el naturalista asegura que no puede sentir los brazos mientras su ritmo cardiaco se dispara a 180 pulsaciones. En un momento parece que la serpiente se lo va a comer: abre sus mandíbulas y captura su casco pero Rosolie aborta el intento antes de que ocurra nada más, argumentando que la serpiente está a punto de partirle el brazo.

Más tarde explica: "Sentí que sus mandíbulas se cerraban en mi casco, sentí cómo gorgoteaba y sibilaba pero después me soltó". También asegura que la serpiente ejercía tanta fuerza en su brazo que sintió como perdía la sangre de su mano y cómo iba a romper el hueso de su brazo. "Si no hubiera tenido el traje acorazado, mi caja torácica habría aguantado 10 segundos como mucho", afirma en el reportaje.

Finalmente liberaron a la serpiente en la selva pero el fracaso del experimento no ha frenado al reportero, y asegura que ahora que sabe que el traje lo protegerá, está "listo para volver a hacerlo con un verdadero gigante"

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