M. E. García
Miércoles, 27 de agosto 2014, 11:57
Por muy previsible que sea una entrega del premios siempre quedan momentos para el recuerdo. La gala de los Emmy no fue para menos y dejó algún instante más grande para el mundo de la televisión. Se que para casi todo el mundo el momentazo fue el beso de Bryan Cranston a Julia Louis Dreyfus, pero dada mi gran admiración por Juego de Tronos o, mejor, por La Canción de Hielo y Fuego me quedo con la gran coña del día: el regalo de una máquina de escribir a George R. R. Martin, que no se que tal le habrá sentado.
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