Las chicas les ganan la partida
Las novias de la selección alemana casi eclipsan a los campeones del Mundial al invadir el campo con sus saltitos y carantoñas
JOSÉ AHUMADA
Martes, 15 de julio 2014, 13:03
Los responsables de la Federación Alemana de Fútbol tuvieron que echarle la bronca a Lena Gercke, la novia de Khedira, para que fuese un poco más recatada a los partidos de la Eurocopa de 2012: por lo visto, distraía a los cámaras, que acababan olvidándose del encuentro para enfocarla. Por esa regla de tres, lo que deberían estar haciendo ahora es recopilar los teléfonos de todas las parejas de los jugadores de la selección, que consiguieron que los espectadores de la final de Brasil dejasen de hablar de fútbol en cuanto bajaron al campo. Lena, por supuesto, también estaba allí, vestida con una camiseta tuneada del equipo que no podía camuflar las formas de su cotizado cuerpo de modelo de lencería.
Fue un torbellino de melenas cuidadas, dientes blancos y piernas larguísimas que invadió el terreno de juego cuando el árbitro, Nicola Rizzoli, pitó el final del partido. Ann-Kathrin, la novia de Mario Götze, se abrazaba al autor del gol y héroe de la noche; Montana Yorke ayudaba a contener la emoción a André Schürrle, que no podía evitar que se le escapase alguna lagrimilla. Cathy Fischer, mientras, se comía a besos a Hummels. Eso, al principio: en cuestión de minutos optaron por independizarse de sus parejas y terminaron posando para los fotógrafos como la otra selección.
En Alemania, como en España, hace tiempo que los jugadores de fútbol gozan de la popularidad, el estatus y los ingresos de las estrellas del rock, así que no es extraño que terminen codeándose y enamorándose de destacadas representantes del mundo del famoseo. Igual que sucede aquí, las pasarelas, los escenarios y la televisión son los principales caladeros en los que pescan a sus amadas.
Sarah Brandner es un buen ejemplo de todo esto: la novia de Schweinsteiger es considerada una de las mujeres más despampanantes del combinado femenino y lo más parecido a su capitana. Seguro que ha ayudado la publicación de unas fotos en las que aparecía vestida con un top con los colores de Alemania pintado sobre su piel.
Un poquito más recatada ha aparecido Lisa Rossenbach, otra mujer de medidas espectaculares que consiguió relanzar la venta de uniformes del Borussia Dortmund el club de su novio, el portero Roman Weidenfeller, luciendo poderío y enseñando el ombligo con una de sus camisetas.
Kathrin Glich (Neuer) y Ann Kathrin Brommel (Götze) también están acostumbradas a los objetivos. La prometida del héroe de la final, autor del gol que dio el título a Alemania, tiene un currículo más amplio, pues además de modelo es bloguera y cantante.
Lena Terlau, pareja de Julian Draxler y elegida Miss Schalke 2013 por el equipo de este, no se prodiga tanto a pesar de su cara bonita. Buena jugadora de voley, siempre recuerda que conoció a su chico desde que era un niño, porque fueron juntos al colegio. Esa historia se parece bastante a la de Lisa Wesseler, primer y único amor de Benedikt Höwedes desde la escuela. Miroslav Klose es todo un hombre de familia. Casado con Sylwia, con dos hijos, es uno de los jugadores de la selección alemana que solo ofrece titulares en los periódicos por su juego.
Nada que ver con otros compañeros como Philipp Lahm. El lateral del Bayern Múnich se destacó como defensor de los derechos de los homosexuales y animó a los futbolistas de tal condición a salir del armario de una vez por todas. Sus esfuerzos obtuvieron cierto reconocimiento, pero también le costaron que se extendiesen los rumores sobre la existencia de un supuesto novio en Colonia, y eso a pesar de estar felizmente casado con Claudia Schattenberg.
También se han dicho muchas cosas de Mandy Capristo, la novia del exmadridista Mesut Özil. La prensa rosa o amarilla asegura que antes de seguirle a Londres, contratado por el Arsenal, esta cantante, modelo y presentadora le obligó a comprometerse a proporcionarle una casa con al menos seis habitaciones, además de una cocina y unos cuantos cuartos de baño amplios.
Más sexo, mejor juego
Es lógico que, tras contemplar este ramillete de hermosuras, el seleccionador alemán, Joachim Löw, fuese incapaz de prohibir su acceso a la base donde se concentraban los jugadores. Acertó: según un concienzudo estudio científico desarrollado durante el Mundial, las selecciones que prohibieron el sexo a sus futbolistas cayeron eliminadas a las primeras de cambio. Sucedió con México, Chile, Bosnia-Herzegovina y Rusia. Tampoco les fue mucho mejor a quienes lo racionaron: Costa Rica decidió no consentirlo hasta llegar a la segunda ronda, y Bélgica se marcó un plazo de tres semanas de abstinencia.
Incluso Brasil puso condiciones: Scolari dejó libertad a sus chicos, siempre que no hiciesen algo «acrobático». Vistos los resultados, quizás deberían haber seguido los consejos del ex delantero Romario, experto conocedor del tema. «El sexo no es malo ni antes ni después de los partidos: solo durante».
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